El proyecto político de alianza entre Cambio Democrático y el Partido Panameñista se le debe a Juan Carlos Varela. Si bien muchos de sus asesores cercanos ya casi acercándose la fecha de cierre de los cambios y alianzas electorales sentían de que sus posibilidades para triunfar se desvanecían sugerían una alianza con Ricardo Martinelli a la cabeza. Yo señalé un año antes de las elecciones de Mayo 2009 que si el PRD postulaba a Balbina Herrera como candidata el país se polarizaba.
Eso fue lo que ocurrió y la falta de recursos económicos y una campaña televisiva sucia y de bajo nivel contra Varela permitió que sus aspiraciones se truncaran en el camino. La necesidad obligó a Juan Carlos Varela a tomar la mejor decisión para su partido. Llegar al poder aún perdiendo la cabeza de la papeleta. Era una oportunidad que le permitía fortalecerse ligada a una promesa política de un candidato que venía del sector privado y que a primera luz daba la impresión que quería hacer las cosas de forma diferente. En el camino descubrió que en la vida hay dos tipos de personas. Los que tienen al dinero y el poder como grandes amos y aquellos que han convertido al dinero y el poder en sus obedientes esclavos.
Aquí parece que le falló el cálculo. Frente a ese escenario, Varela juega un juego a perdedor. Su encuentra en una encrucijada. Su aliado le juega a todas las cartas y en ninguna, él pareciera ser la opción para el 2014. De igual forma no encuentra forma de detener el deterioro que sufre la alcaldía de Panamá regentada por su partido frente a las embestidas del Ejecutivo. Hasta me atrevo a decir que el Alcalde es el instrumento mediático utilizado para desviar cualquier tema de relevancia nacional que afecte al Presidente.
Si elige salirse de la alianza corre el riesgo de perder el control de su partido. Sus huestes enquistados en el poder le empezarán a cuestionar su liderazgo por tamaña decisión a sus intereses personales. Por lo menos la mitad de sus diputados podrían dar el brinco antes que perder las regalías y prebendas propias de una diputación. Permanecer en la alianza pone en riesgo su propia postulación para las próximas elecciones en vista de que los movimientos generados por la reforma constitucional, la sala quinta, el incremento de la fracción parlamentaria de Cambio Democrático y la división interna en el Panameñismo atentan contra sus aspiraciones presidenciales. El fuego amigo no se detiene se incrementa con el pasar del tiempo.
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