Sunday, December 20, 2009

Panamá supera a Brasil en globalización, según índice

EDITH CASTILLO DUARTE
ecastillo@prensa.com

Panamá es el país más globalizado, mientras Brasil sigue como el menos globalizado en América Latina, según el ultimo Índice de Globalización Latina de Latin Business Chronicle.

Tanto Panamá como Brasil mejoraron sus puntajes en el índice, igual que la región en total.

El índice mide globalización conforme a seis factores clave de relaciones internacionales de un país: exportaciones e importaciones de bienes y servicios, inversión extranjera directa, ingresos de turismo, remesas y penetración de internet.

Aparte de Panamá, los países más globalizados en América Latina incluyen Nicaragua, Chile y Paraguay.

Gracias a un aumento en sus exportaciones e importaciones, inversión extranjera y turismo, Panamá logró consolidarse como el país más globalizado de América Latina.

Este año, Honduras llegó a un segundo lugar, gracias al comportamiento del producto interno bruto. Este fue el segundo más alto nivel en América Latina detrás de Panamá.

El mercado de alquiler se ajusta tras el fin del ‘boom’


roberto gonzález jiménez
rgjimenez@prensa.com

El boom inmobiliario pobló la ciudad de Panamá de grandes edificios de apartamentos. Proyectos residenciales destinados a clientes con un elevado poder adquisitivo.

Muchos de esos proyectos fueron absorbidos por el mercado de ventas, sobre todo en 2006 y 2007.

Sin embargo, con la llegada de la crisis y la consecuente ralentización de la actividad, muchos apartamentos que se compraron con el objetivo de ser revendidos han acabado en el mercado del alquiler, haciendo que los precios hayan retrocedido.

Este fenómeno se ha producido en mayor medida en los apartamentos nuevos que tienen un precio de venta de entre 200 mil y 400 mil dólares, comenta Wilson Ruiz, vicepresidente de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir). Este segmento fue uno de los que más desarrollo tuvo cuando el viento era favorable.

Sobre la intensidad de la caída, hay varias estimaciones. El propio Ruiz habla de un 25%, mientras que Iván Carlucci, ex presidente de Acobir, dice que el descenso de los precios puede haber sido de un 10%.

En lo que coinciden las fuentes consultadas es que el alquiler ha resistido mejor la crisis que la venta.

Los alquileres se han sostenido por las restricciones bancarias al crédito, la llegada de extranjeros, el encarecimiento de los productos en venta “y una abierta competencia de los apartamentos con oficinas y hoteles, ya que muchos empresarios extranjeros han tomado la opción de arrendar en condominios residenciales para combinar oficina y hospedaje”, asegura Carla López, directora de Avalúos y Asesoría de CB Richard Ellis en Panamá.

Si los precios han caído en los alquileres de apartamentos nuevos, no ha sucedido lo mismo en las viviendas que tienen varios años.

En este caso, los precios han experimentado un crecimiento. La ecuación ha sido a la inversa: una demanda creciente para una oferta limitada. Esta situación ha hecho que, en algunos casos, personas que viven alquilando desde hace tiempo hayan visto cómo los propietarios intentan subirles las cuotas, sabedores de que pueden encontrar inquilinos dispuestos a pagar más.

Estabilización

Sobre las perspectivas del mercado, los analistas perciben una situación “estable” en el medio plazo, debido a que el número de proyectos en construcción es menor, “por lo cual tiende a volver a un equilibrio de oferta y demanda”, afirmó López.

El alquiler y el reto de la convivencia

El alquiler de apartamentos en proyectos residenciales ha generado ciertas tensiones en la convivencia.

Varios administradores de PH presentaron sus protestas ante las autoridades del Gobierno por la presencia de personas desconocidas en los condominios y por ciertas actitudes percibidas que se alejan del comportamiento habitual de las familias.

Funcionarios del Estado mantuvieron conversaciones con los propios administradores de PH y con representantes del sector de bienes raíces. Una de las soluciones planteadas es establecer un mínimo de días para poder alquilar un apartamento en un edificio residencial.

Esta idea, sin embargo, no satisface a las empresas que se dedican al alquiler de apartamentos por periodos cortos de tiempo, que ven peligrar sus negocios y advierten de que una limitación de este tipo supondría una desventaja para Panamá como destino turístico, ya que esta práctica es común en otros países.