Friday, September 26, 2008

Sueldos… ¿cómo hacer?

I. Roberto Eisenmann, Jr.
opinion@prensa.com

Todos, absolutamente todos, estamos convencidos de que la inflación está golpeando muy duramente, y que hay que hacer algo con los sueldos o ingresos para paliar la situación.

El Gobierno inició con un aumento que le viene fácil, ya que lo que reparte es dinero ajeno (tuyo y mío) y no tiene que preocuparse por su nivel de costos, no tiene que preocuparse por si los precios de sus productos sobrepasan la capacidad de sus compradores, no tiene que preocuparse por la competencia ni por la productividad y, mucho menos, tiene que producir utilidades para sobrevivir y progresar; sin embargo, estoy completamente de acuerdo con el aumento que el Gobierno decretó.

Los de Conato exigen un aumento general de salarios. Me parece que esta postura era de esperarse frente a la espiral inflacionaria que se vive, pero el problema está en los detalles.

Cuando me enteré que Conato iniciaba un ciclo de reuniones con el Conep sentí aliento… pensé que habría una negociación difícil, pero que al final se lograría un acuerdo beneficioso para toda la Nación; me desilusioné cuando Conato anunció que se retiraba de la negociación.

Es obvio que hay que crear una fórmula que produzca más dinero en el bolsillo de los empleados. También es bastante obvio que, aunque suene sencillo, un aumento general de salarios no es la solución sino que crea más problemas que los que resuelve. También es obvio que los bonos de comida, etc., son un buen paliativo, pero tampoco resuelven. Es igualmente obvio que lo preferible es una solución obrero–patronal negociada y no el buscar decretos gubernamentales.

¿Qué hacer? Como acostumbra decir un buen amigo, “no es fácil”; hay que ser creativos, analizar los ingredientes empresariales reales, pero a la vez ser solidarios.

Yo he dedicado muchos años de mi vida a este problema; he experimentado muchas soluciones a costo propio y finalmente he logrado una fórmula que funciona; quizás este sea un momento coyuntural para que se adopte en forma generalizada. La fórmula es la siguiente: toda empresa miembro indirectamente (a través de sus asociaciones) del Conep, podría comprometerse a lo siguiente:

1. A que el salario mínimo de la empresa sea lo que su nombre indica: el mínimo de lo que cuesta vivir. ¿Cómo se calcula? Se toma lo que le cuesta vivir a una familia típica de cinco personas, se divide entre el número promedio de sueldos por hogar… y el resultado, para que cuadre lo que cuesta vivir, es el salario mínimo real. El resultado va a ser mayor que el del mínimo legal establecido, pero como empresa nos comprometemos a pagar el mínimo real, lo cual representaría un aumento para los empleados de los niveles que más lo necesitan. Como gremio, debemos proponer variar la Ley para que el Salario Mínimo legal se revise cada año, así como debemos comprometernos a aceptar aumentos anuales que resuelvan el déficit entre lo legal y lo real en un máximo de cinco años.

2. Que revisaremos todos los niveles de sueldos de la empresa y los compararemos con la industria o negocio en que se agita, garantizando que los de nuestra empresa sean los mayores de su giro… o por lo menos iguales a los mayores; así se producirían otros aumentos racionales.

3. Luego, teniendo un buen nivel de salarios en la empresa, se debe iniciar un programa de participación en utilidades que, como mínimo, a) sea para todos los empleados, no solo para los ejecutivos; b) sea formal, anunciado antes de empezar el año, para que sea incentivo y no un regalo paternalista; c) que mensualmente se lleve el score, presentando a los empleados cifras transparentes de utilidades para que el sistema de participación sea incentivo de verdad; d) que se pague en un solo cheque, permitiendo a los empleados ahorro y capitalización.

En La Prensa el sistema de participación se llama fifty–fifty y (según mi memoria) llegó a representar hasta siete meses más de salario adicional, en el mismo año que significó un 100% de aumento en el dividendo a los accionistas.

4. Al Gobierno solo le tocaría promover una Ley de Incentivos para las empresas que registren un legítimo sistema de participación.

De esta forma los aumentos son racionales sin afectar la inflación, hay mayor productividad y competitividad, y la empresa cumple con su función social. Si la empresa va bien, los empleados realmente se benefician con considerables ingresos adicionales… y los accionistas también.

¿Habrá llegado la hora para dar este salto a la modernidad? Conep y Conato: ¡seamos participativos de verdad!

Buscan esculturas en Penonomé

Mónica Palm
Rafael Berrocal
investigacion@prensa.com

La Fiscalía Segunda Anticorrupción montó el miércoles un operativo en Penonomé, provincia de Coclé.

El objetivo: localizar las piezas hurtadas que son parte del conjunto Juegos de antaño.

El operativo incluyó la residencia de Carlos BabyAraúz, así como tres fincas de su propiedad y una casa de citas (push button). Una de esas fincas incluye una plaza de toros, que ha sido frecuentada por el presidente, Martín Torrijos, y varios políticos de gobierno y oposición.

Ni rastro de las piezas hurtadas. La acción de la fiscalía respondió a varias denuncias anónimas que recibió la Dirección de Investigación Judicial (DIJ), en las que se avisaba que las esculturas se encontraban escondidas en un establo en Penonomé.

El mismo día del operativo, la DIJ subió el monto de la recompensa, de 5 mil a 10 mil dólares, a quien proporcione datos del paradero.

“Esas estatuas yo solo las he visto en el periódico. Dicen que por un ‘soplo’ fueron allá [a Penonomé], pero esa no es una razón”, se quejó Araúz.

El empresario, que no estaba en Penonomé cuando se dieron los allanamientos, recalcó que no conoce el paradero de las piezas.

“Que busquen bien quién las tiene y que le caiga todo el peso de la ley”, dijo.

En la investigación consta, hasta ahora, que 10 agentes del Servicio de Protección Institucional (SPI) ayudaron a los trabajadores del parque Omar a guardar las esculturas en un depósito. Un agente narró que una de las figuras humanas era tan pesada, que ocho personas tuvieron que cargarla. En la tarea, alguien se lastimó un dedo. Los 10 agentes que participaron en ello hoy están asignados a otras tareas, fuera del parque, contó una fuente vinculada a la investigación.

El reglamento de operaciones del parque Omar (Decreto Ejecutivo No. 147 de 1998) señala que la seguridad de todas las áreas, equipos, juegos y visitantes del parque, estará a cargo del SPI.

La fiscal Gricel Mojica rehusó proporcionar más información sobre el tema.

Un traslado improvisado

Del Despacho de la Primera Dama salió la orden de trasladar la obra llamada Juegos de antaño del Museo Reina Torres de Araúz al depósito del parque Omar el 21 de agosto de 2006, confirmó el ex director de Patrimonio Histórico Domingo Varela. “En ese momento nos encontrábamos en una situación caótica, porque era el día que se abría la nueva sede del Museo Reina Torres de Araúz. Cuando nos dimos cuenta ya estaban montando las esculturas al camión”, dijo Varela.

A raíz de ello, el ex funcionario señaló que pidió que le dejaran como constancia que quienes se llevaban las piezas eran del Despacho de la Primera Dama. “Luego que pude confirmar quiénes eran, no me quedé tranquilo hasta que constara que la escultura había llegado al depósito del parque Omar. Hasta allí llegaba nuestra responsabilidad como custodios”, afirmó Varela.