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La producción ha bajado de 3 millones de barriles diarios hasta 2.2 millones por la invasión estadounidense.
Los sabotajes han interrumpido constantemente los intentos del país por aumentar la producción.
Los apagones eléctricos que afectaron esta semana a los yacimientos petroleros del norte de Irak y a la principal refinería del país fueron un oportuno recordatorio de que las esperanzas de elevar el bombeo de crudo dependen de algo que no tiene: un suministro seguro de energía.
Irak se las ha arreglado para mantener su producción en torno a los 2.2 millones de barriles por día (bpd), pero los niveles se aproximaban a los 3 millones de bpd antes de la invasión a Irak liderada por Estados Unidos en marzo de 2003.
Si bien los sabotajes han interrumpido constantemente los intentos del país por aumentar la producción de petróleo, los cortes de electricidad son prácticamente igual de perjudiciales.
La más reciente interrupción ocurrió el miércoles, cuando la mayor refinería de Irak en Baiji, 180 kilómetros al norte de Bagdad, debió ser paralizada al sufrir un apagón.
Irak también dejó de bombear crudo desde los yacimientos norteños de Kirkuk hasta el puerto turco de Ceyhan, después de que la principal planta de electricidad que los abastece se quedó sin combustible.
Baiji reanudó sus operaciones el jueves en la noche, pero los campos de Kirkuk seguían paralizados el viernes, de acuerdo a un ingeniero de la zona, quien habló con Reuters en condición de anonimato.
El Ministerio de Petróleo iraquí ha responsabilizado a la cartera de Electricidad por no proveer a sus refinerías un abastecimiento ininterrumpido de energía.
Pero el Ministerio de Electricidad afirmó que el de Petróleo no ha estado brindando el combustible suficiente para que operen sus plantas.
"Es un círculo vicioso", dijo un funcionario del Gobierno estadounidense, quien agregó que las autoridades de su país estaban trabajando para mejorar la cooperación entre ambos ministerios, con el fin de mejorar la estabilidad y capacidad del frágil sistema nacional de energía, golpeado por la guerra.
La presión sobre el sistema energético del país aumentó en medio de un invierno excepcionalmente frío que ha dejado a muchos iraquíes con menos de una hora de electricidad por día.
El Ministerio de Electricidad también atribuyó el problema a una decisión de la firma turca Kartet de dejar de exportar, desde el 4 de enero, electricidad a Irak.
Kartet dijo, por su parte, que Irak dejó de proveerle combustible refinado para su planta cerca de la frontera.