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Si la gestión del presidente, Martín Torrijos, marcó un descenso considerable en febrero de 2008, su equipo ministerial no puede ufanarse de la suya: 58.9% de los encuestados por Dichter & Neira considera que los cambios en el Gabinete son necesarios.
La tendencia bajó 4.6% desde enero de 2007, cuando 63.5% de los entrevistados contestó que el cambio era necesario. En el caso de Torrijos, solo 6.2% de los encuestados consideró que su gestión era excelente y 45.1% la señaló como buena; en tanto que 46.2% dijo que era mala y muy mala.
El ministro de Gobierno y Justicia, Daniel Delgado Diamante, encabeza la tabla de desaprobación: 48.8% piensa que hay que cambiarlo. Delgado ha sido criticado por el manejo a las protestas organizadas por el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción, y por las fallas en el control de la criminalidad.
Un poco distante, pero con un 28.7% de desaprobación de gestión, aparece Rosario Turner, ministra de Salud, quien asumió la rectoría de esa cartera tras la crisis por el dietilene glycol, y quien enfrenta en este momento problemas con el gremio médico por el tema del nuevo sistema de salud.
Le sigue Edwin Salamín, ministro de Trabajo, con 25.2%, cuyo ministerio no ha logrado satisfacer las exigencias del sector obrero de la construcción que pide más seguridad. Al final de la lista están Belgis Castro, ministro de Educación, con un 22.8% y Benjamín Colamarco, de Obras Públicas, con 16.1%. Solo 5.1% dice que todo el Gabinete debe irse.
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