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La desnutrición infantil tiene repercusiones en la vida productiva de la persona que haya estado expuesta a este mal durante su infancia. Así lo determinó un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa Mundial de Alimentos de la Naciones Unidas (PMA).
El estudio, realizado en octubre de 2007, midió el costo que representa para los países de Centroamérica y el Caribe la desnutrición infantil durante la vida productiva de las personas de 15 a 64 años.
En Panamá, por ejemplo, la desnutrición infantil le costó, en el año 2004, la suma de 322 millones de dólares, lo que representa –según el documento– el 2.3% del producto interno bruto de ese año.
"Los costos se producen por la pérdida de productividad de las personas", dice el estudio.
Los resultados del estudio se dieron a conocer ayer durante la presentación del Plan Nacional de Combate a la Desnutrición Infantil (2008- 2015) que impulsa el Gobierno.
La iniciativa busca eliminar, antes de 2015, las carencias de hierro, vitamina A, yodo y zinc en la población infantil. Estas deficiencias son conocidas como el "hambre oculta".
De acuerdo con un comunicado de PMA, la anemia, producto de la deficiencia de hierro, es considerada el problema de salud pública más serio en Panamá porque afecta al 52.5% de niños de 12 a 23 meses de nacidos. Además, es una de las mayores causas de muerte materna en Panamá.
"La anemia reduce irreversiblemente el desarrollo infantil porque incapacita física y mentalmente al niño", señala la nota.
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