Monday, February 6, 2012

Lacunza cuenta lo que pasó

El obispo dice que hubo intransigencia de ambas partes. Pero señala al Gobierno por incumplir promesas y permitir que se abran viejas heridas.

MARTA ALVARADO FONGER

Protagonista. En la tarde de ayer, el obispo José Luis Lacunza conversó con ´La Prensa´.ESPECIAL PARA LA PRENSA/Marta Alvarado
Su rostro reflejaba el agotamiento. Días de mediación y pocas horas de sueño no fueron suficientes para evitar el enfrentamiento entre indígenas y la policía. José Luis Lacunza, obispo de la diócesis de David, conserva la esperanza de que las partes en conflicto se puedan sentar a dialogar. En entrevista con este diario cuenta por qué y cómo fracasó el último intento de diálogo.
Esta historia –dice– tiene su génesis en el incumplimiento de lo acordado hace un año, cuando le tocó mediar para que Gobierno e indígenas llegaran a un consenso. “Lamentablemente el manejo de cómo se iba a trabajar fue muy lento, hasta finales de este año no se llegó a concretar ese trabajo de elaborar la ley”, señala.
Recuerda cómo a pesar de las negociaciones en la Comisión de Comercio de la Asamblea Nacional, ambas partes no se pusieron de acuerdo y se presentó la ley sin el artículo quinto en el que los indígenas pedían que se cancelaran los proyectos hidroeléctricos en la comarca y áreas anexas.
Ante la molestia de los indígenas y el cierre de calles que se inició primero parcialmente y luego de manera total, el día martes, Lacunza empieza nuevamente su labor de mediación.
El jueves 2 febrero, en conjunto con representantes de la Cámara de Comercio de Chiriquí (Camchi), la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) de Chiriquí y la gobernadora de la provincia, Aixa Santamaría, recibió a la comisión enviada por el Gobierno, formada por los ministros José Ricardo Fábrega y Ricardo Quijano, y los diputados Raúl Hernández y Fernando Carrillo. “La idea era ver si había algún acercamiento con los miembros de la Coordinadora Indígena. Estuvieron aquí hasta las 4:00 de la tarde, estuvimos tratando de contactar a los miembros de la Coordinadora en San Félix. Se hicieron algunos contactos, pero allí el problema fue dónde reunirnos y, en ese tira y jala, no hubo encuentro”.
Pero ese mismo día en la noche Lacunza recibió la llamada de la ministra Lucy Molinar. “Me dijo que esto no podía ser, que tenía que haber alguna manera de negociar y que si yo podía facilitarle el acceso a los miembros de la Coordinadora. Le dije que con gusto y le pregunté si eso era iniciativa suya y me dijo no; ´ yo estoy aquí delante del Presidente”. Ante esto, contactó a los líderes de la Coordinadora y se pusieron de acuerdo para reunirse con una comisión del Gobierno, el sábado 4 de febrero, en San Lorenzo.
Ese día, muy temprano, partió hacia San Lorenzo. Al pasar por Chorcha se dio cuenta de que no tenía señal de celular. Se regresó y se comunicó nuevamente con la ministra Molinar. “Le dije: ´voy a entrar a una zona donde no hay comunicación celular y le pregunté ´¿esto sigue en pie, vienen?´. Me dijo: ´yo estoy coordinando quiénes van a viajar”. Seguro de que el Gobierno enviaría una comisión, Lacunza partió hacia San Lorenzo. Luego de una larga espera y mediante un teléfono fijo se comunicó nuevamente con la ministra. Ella le reiteró que alguien vendría. Pero pasadas las 2:00 de la tarde finalmente les informó que nadie iría. ¿Qué pasó? Esa pregunta aún no se la puede responder el obispo.
Pese a todo esto, Lacunza no se rindió e intentó contactar al ministro Salomón Shamah a las 9:00 p.m. del sábado, y a través de un intermediario logró conversar con él. Le ofreció mediar, y ante la aceptación de Shamah, Lacunza se puso nuevamente en contacto con la cacica Silvia Carrera y con el dirigente Rogelio Montezuma para intentar mediar.
Cuenta que lo primero que pidieron los indígenas fue restablecer las comunicaciones vía celular. El Gobierno respondió que eso no era tan fácil: “me dijeron que eso no era tan sencillo como apretar un botón y que tomaba tiempo; que tenían que hacer una gestión con las telefónicas y que eso podía tardar horas”.
Pese a esta negativa, los indígenas aceptaron seguir negociando. Entonces el Gobierno pidió que se abriera la vía de inmediato. Lacunza intervino: “les dijimos que si habíamos esperado días, por qué no podían ahora esperar unas horas más”. Luego de muchas conversaciones llegaron a un acuerdo: “quedamos entonces en que los indígenas abrían la vía a las 6:00 de la mañana del domingo y a las 7:00 nos reuníamos en San Lorenzo”.
Con este compromiso Lacunza se acostó a dormir a la 1:00 a.m. de ayer domingo. Muy temprano se despertó, dispuesto a viajar nuevamente a San Lorenzo para mediar en la cita, pero para su sorpresa se encontró en el celular un mensaje del párroco de San Félix, Adonaí Cortés. “Me decía que cuando la dirigencia indígena fue con la propuesta del acuerdo a las bases al cruce de San Félix, las bases habían dicho que no aceptaban porque ese era el único medio que tenían para hacer presión; que ya en otras ocasiones habían cedido y no les habían cumplido los acuerdos”. Lleno de pesar, a las 5:30 a.m. le comunicó el mensaje a Shamah. “Allí supe que venía lo peor”.
¿Qué llamado le hace a ambas partes?
Lo que le he dicho desde el principio: diálogo sí, intransigencia no. Hay que volver a buscar las vías de sentarse, a pesar de que haya habido lo que haya habido. Eso no puede marcar el fin del diálogo porque no vamos a encontrar solución si no es sentándonos a conversar.
¿Hubo intransigencia de alguna de las partes?
De las dos partes. Cuando damos cabida a la desconfianza y la intransigencia, lo que gana es la fuerza, y cuando gana y se impone la fuerza, fracasa la razón, y cuando fracasa la razón, fracasa el ser humano. No podemos, como seres humanos, renunciar al diálogo porque allí estamos perdidos, cuando no funciona la razón, funciona la fuerza, y la fuerza siempre tiene consecuencias lamentables para todos. No nos vale decir quién tuvo la culpa. Hay muertos y los muertos están allí y nadie los va a devolver.
Hoy el ministro dijo que algunos sacerdotes estaban en contubernio con los indígenas. ¿Qué piensa al respecto?
No oí las declaraciones. Pero sí tengo que decir que el padre Adonaí, el padre Carlos (de la Cruz), el padre José Fitzgerald, el padre Eusebio Pedrol y las Hermanas de la Misericordia de Soloy no han estado, como decía el ministro, ´carboneando´ el asunto, sino todo lo contrario ´aguando´ el asunto, echándole agua. Si en la comarca no han pasado más de cuatro cosas es porque ellos están allí metidos con la gente, pero ellos no son los que mandan en la decisión de los indígenas. Ellos están acompañando y viendo cómo se maneja de la mejor manera posible, pero no son los que ´carbonean´.
¿Cómo se soluciona este conflicto?
Si hubiera buena voluntad se debe buscar un espacio para sentarnos. Pasemos la página no para olvidarla, vamos a sentarnos y a ver qué necesitamos para resolver no solo este conflicto, sino una situación que es muy vieja. Creo que lo que se ha hecho es reabrir una herida que el pueblo indígena lleva hace mucho tiempo: la herida de la incomprensión, la herida del abandono, la herida de la frustración, la herida del olvido, la herida de la marginación, eso les sale por los poros y eso es verdad. En 1997 nos quedamos tranquilos porque les dimos la comarca y ¿qué hemos hecho con eso? Encerrarlos allí para que se nos mueran de hambre. No hay un plan de desarrollo integral de la comarca. Ese era uno de los puntos que el año pasado se acordó; que cada ministro iba a presentar un plan para el desarrollo de la comarca. Promesas y promesas que se hacen.
¿Esas promesas incumplidas llevaron a esto?
Claro. Se van acumulando muchas cosas y llega el momento en que lamentablemente explotan. Entiendo que el Gobierno tiene que salvaguardar el derecho de terceros y que tenían presiones internacionales. Pero, ¿qué vale más, la presión internacional o la vida de un panameño? Debemos recuperar el espacio de conversación y hacer las cosas racionalmente.

Martinelli reúne a gremios de empresas

En la noche de ayer y por alrededor de una hora y media, el presidente de la República, Ricardo Martinelli; la primera dama, Marta Linares, y varios miembros del Gabinete se reunieron con representantes de los gremios empresariales del país y con propietarios de medios de comunicación.
Entre los gremios acudieron a la cita la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura, la Asociación de Ejecutivos de Empresa, el Sindicato de Industriales y la Cámara de Turismo, entre otros. De medios de comunicación hubo representantes de Televisora Nacional (Stanley Motta), Medcom (Nicolás González Revilla) y La Estrella (Abdul Waked). Corporación La Prensa no fue invitada a la cita.
Según comentaron varios de los empresarios al término de la reunión, el equipo de Gobierno presentó un informe relatando los últimos hechos y las medidas que ha tomado el Gobierno. Federico Humbert Arias, presidente de la Cámara de Comercio, dijo que la reunión fue “informativa” y que el Gobierno mostró disposición de mantener el diálogo.
Severo Souza, presidente de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón, señaló que los ministros explicaron que el artículo 5 del proyecto de ley No. 415, que establece un régimen especial de los recursos minerales, hídricos y ambientales en la comarca Ngäbe Buglé, excede los acuerdos de febrero de 2011. En ese momento se pactó la prohibición de la explotación minera y ahora se estaría exigiendo, además, la cancelación de las concesiones hidroeléctricas otorgadas en la comarca y en las zonas aledañas, algo que, según Souza, iría contra la seguridad jurídica.
Roberto González Jiménez

Las condiciones del diálogo

Rogelio Montezuma, presidente de la Coordinadora por la Defensa de los Recursos Naturales y Derechos del Pueblo Ngäbe Buglé, dio a conocer al final de la jornada de ayer las condiciones que ahora exigen los indígenas para retornar al diálogo.
1- Que la Policía Nacional se retire del área del conflicto.
2. Que no haya más represión y persecución contra los dirigentes de la Coordinadora, las autoridades tradicionales y de la cacica Silvia Carrera.
3- Que se libere inmediatamente a todos los detenidos, se atienda a la gran cantidad de heridos y a la familia de Jerónimo Rodríguez Tugrí, quien falleció en medio de los incidentes.
4- Que se restablezca el sistema de comunicación de telefonía móvil, suspendido desde la noche del viernes.
5- Que como observadora del diálogo esté la Iglesia católica de Panamá y la relatoría de los derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas en Panamá.
6- Que se designe a la Iglesia católica como mediadora de garantía de todos los acuerdos.

Flor Bochare

No comments: