Adiós al petróleo barato

Marianela Palacios Ramsbott
marianelap@prensa.com

En los últimos cuatro años, los precios del petróleo se han triplicado y, aunque eso ha permitido a las petroleras hacer importantes inversiones en exploración y explotación, la oferta de crudo se ha mantenido a un ritmo anual de crecimiento de 1.5%, entre 2003 y 2007.

La demanda mundial, en cambio, creció más rápido en ese periodo: 1.7%. Si esta tendencia se mantiene o empeora, la escalada de precios continuará.

La era del petróleo barato se acabó

Hace apenas una década el barril de petróleo costaba alrededor de 12 dólares en los mercados internacionales. El viernes cerró a 138.54 dólares en la Bolsa Mercantil de Nueva York, y eso implica un aumento de 1,054% en la última década. Pero lo más preocupante no son los tres ceros del número, sino que la tendencia alcista se ha agudizado en los últimos meses y que los factores que parecen estar hoy empujándola no son los mismos que históricamente han intervenido en este mercado.

Nadie está hablando ahora de guerras en el Golfo ni actos terroristas contra oleoductos y refinerías. La súbita escalada del hidrocarburo que mueve al mundo, según los analistas del sector, tiene hoy más que ver con una burbuja financiera o con que la oferta actual -si se mantienen las condiciones existentes- no podrá cubrir a mediano plazo el galopante crecimiento de la demanda.

Los que defienden la primera tesis advierten que la devaluación del dólar y la crisis financiera estadounidense, entre otros factores, han motivado a los capitales a buscar destinos de inversión más seguros y se han volcado en las materias primas tratando de asegurar réditos. También apuestan a que esta burbuja estallará tarde o temprano y que, cuando esto ocurra, los precios se derrumbarán. Su teoría está basada en la premisa de que la oferta actual cubre perfectamente la demanda real y que por eso no se justifica que el crudo haya saltado de 90 a casi 140 dólares en lo que va de año, que ese salto es pura especulación bursátil.

Los segundos piensan que el problema que se avecina es mucho más complicado.

Paul Roberts, autor de El Fin del Petróleo, por ejemplo, advierte que -a menos que surjan nuevas tecnologías o se descubran importantes yacimientos en forma oportuna- la demanda rebasará la oferta energética a mediano plazo.

Fundamenta su conclusión en tres hechos: 1) Pese al aumento constante de los precios del crudo, que ha permitido una mayor inversión tanto en exploración como en explotación, la producción de petróleo del planeta se ha mantenido en alrededor de 85 millones de barriles diarios en los últimos años. 2) La demanda está creciendo másrápido que la oferta. 3) Y los nuevos yacimientos descubiertos en el siglo XXI no tienen ni las reservas ni la capacidad de desarrollo que los hallados en el XX.

Baste citar dos casos reveladores. Petrobras anunció que había descubierto un nuevo yacimiento, el Tupi, el más grande hallazgo petrolero en siete años: 8 mil millones de barriles. Aunque la noticia es buena, no hay que perder de vista que esa reserva representa apenas una quinceava parte del Ghawar, la reserva saudí que se encontró en 1948 y que hoy sigue siendo la más grande del mundo. La Oficina Geológica de Estados Unidos calculó que el yacimiento que encontraron en Bakken, 3.2 kilómetros por debajo de los campos de trigo de Dakota y Montana, podría tener 413 mil millones de barriles. Pero solo 4 mil 300 millones de esos pueden recuperarse con las técnicas de ingeniería actuales. Y mientras esa realidad tecnológica no cambie, Bakken no resolverá el problema.

Todo lo anterior sugiere que la era del petróleo barato llegó a su fin y que, a menos que el mundo modere su consumo energético o una nueva tecnología y yacimientos más accesibles aparezcan, la oferta actual seguirá acercándose a su límite y disparando los precios del mercado petrolero.

PUNTOS CLAVE

OFERTA: Actualmente se producen cerca de 86 millones de barriles de petróleo al día (bpd).

DEMANDA CRECIENTE: EIA estima que, para 2030, la demanda llegará a 116 millones de bpd.

PETROESTADOS: Más del 80% de las reservas de crudo y la mitad de la producción está en manos de empresas estatales, como Saudi- Aramco, NIOC (Irán), KPC (Kuwait), INOR (Irak), Adnoc (Emiratos Árabes), NOC (Libia), NNPC (Nigeria), Pemex (México), Rosneft Gazprom (Rusia), PDVSA (Venezuela) y Petrobras (Brazil).