Monday, March 23, 2009

La pobreza sigue aquí


Según el informe de la Comisión Económica para América Latina, entre 2001 y 2007 la pobreza en Panamá disminuyó de 36.7% a 28.6%. A pesar de estos números, es común ver en las calles de las ciudades del interior y de la capital a personas pidiendo limosna para subsistir.

Niños, entre la oscuridad y el trabajo


Sandra Alicia Rivera
DAVID, CHIRIQUÍ.

nacionales@prensa.com

Mario Montezuma es un niño de 8 años; con su carita curtida por el polvo del verano, sus pies descalzos, ropa raída y despeinado, se la pasa en la calle, de día y de noche, para llevar un sustento a su familia.

Montezuma relata que todos los días son diferentes: se levanta desde las 6:00 a.m. y se ubica en varias paradas del distrito de David. La gente lo trata de muchas formas, sin importarle que aún es un niño, porque ha escuchado desde malas palabras hasta groserías e incluso burlas.

“Ya estoy acostumbrado a todo, porque llevo más de tres años de estar en la calle, buscando monedas para poder comer y que mis cinco hermanos también lo puedan hacer, pero cada día es más difícil, en ocasiones nos ponemos en grupos para poder apoyarnos y que la gente no nos haga daño”, afirmó.

Mencionó que no importa qué tan candente esté el sol o que llueva, o la hora del día, porque hasta en la noche sale a buscar monedas, como él dice, sin medir el peligro que corre.

Así como él hay más de 100 niños que están en las calles de David en esta misma situación, y que pese a la labor que realizan las instituciones del Estado y otras como Casa Esperanza, no se ha podido controlar.

En los últimos meses se ha registrado un aumento de niños indigentes que se colocan en diferentes esquinas de comercios del distrito de David para pedir limosna.

María Pérez, residente de David, expresó que a diario se puede observar a muchos niños, especialmente indígenas, que piden limosnas a los transeúntes, mientras sus padres los esperan en otro lugar.

Ante esta situación, el Proyecto Ngöbe Buglé busca alternativas con el apoyo de algunas entidades de Gobierno, para tratar de acabar con la mendicidad indígena.

El presidente del proyecto, Bernardo Jaén, manifestó que para este año se destinó una partida de 50 mil dólares para disminuir la mendicidad.

Explicó que se estudia el establecimiento de albergues temporales. Además, se trata de establecer un mecanismo que permita a estas personas regresar a la comarca.

Según informes de la Contraloría General, en la comarca Ngöbe Buglé se registra 98% de pobreza y 97% de pobreza extrema.

De acuerdo con Jaén, la difícil situación económica es uno de los principales detonantes de este problema social, que incluso ha pasado los límites del país, porque se ha podido observar que algunos indígenas se van hasta el vecino país Costa Rica a pedir limosnas.

El alcalde del distrito de David, Francisco Vigil, aseguró que no solamente están en la calle niños indígenas, sino también latinos, por eso se tiene programado construir un albergue para los indigentes.

Mencionó que dentro de esta casa se pretende ofrecer una atención especial a los niños indígenas, porque el problema va en aumento.

Para poder crear un buen ambiente en este albergue se requiere también del apoyo del Ministerio de Salud, Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Municipio de David, dijo Vigil.

Alternativas

El Instituto para la Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos, (Ifarhu), tiene un programa de becas para los niños que se la pasan en las calles.

El programa tiene más de dos años de funcionamiento y han podido ofrecer becas a más de mil 500 menores, quienes tienen que cumplir con requisitos, siendo el principal el estudio.

Ellos son vigilados por funcionarios del Ifarhu para que cumplan, por lo que, luego de hacer una inspección, solamente se ha retirado las becas a 11 menores que no estaban cumpliendo con los requisitos de estudio.

Dioselina Gaitán, directora provincial del Ifarhu, dijo que cuentan con el apoyo del Mides y del Ministerio de Trabajo, que son los que realizan las evaluaciones a los menores que encuentran en las calles y que son llevados a la institución para que califiquen para una beca.

Casa Esperanza es otra entidad que ofrece ayuda a los niños de la calle. El personal sale para inspeccionar quiénes se encuentran en esta situación y hablan con sus padres, explicándoles que pueden llevar sus niños a estas instalaciones donde podrán obtener comida si están en la escuela; se les regala todos los útiles escolares, se les da docencia, computadoras. A los padres también se les brinda ayuda cuando requieren de algún medicamento.

El Mides contempla programas que van en beneficio de los niños de la calle. Se realizan operativos donde se capta a los menores para que sean reubicados en lugares donde estén protegidos.

El gobernador Virgilio Vergara dijo que con el programa de la Red de Oportunidades, las becas han disminuido el problema de la mendicidad infantil, lo que ha demostrado que se ha estado combatiendo este problema poco a poco.

“Es un delito utilizar a los menores y abusar de ellos exigiéndoles que pidan limosna; por tanto, las autoridades deben ser más enérgicas y tienen que empezar a aplicar sanciones a sus familiares y hacerlo de manera rigurosa”, dijo el gobernador.

“Cuando comencemos realmente a sancionar a los padres o familiares que ponen a esos niños a pedir limosna, abusando de ellos, se podrá normalizar la situación”, afirmó.

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