BUENOS AIRES, Argentina
REUTERS-DPA
Argentina se hundió este jueves en la peor crisis política de los últimos años luego de que el Senado rechazara, con el voto clave del vicepresidente de la Nación, una polémica alza en los impuestos agrícolas con la que el Gobierno peronista buscaba reafirmar su poder.
El sorpresivo fracaso oficialista en aprobar la norma, que preveía elevar los tributos a las millonarias exportaciones de soja para financiar el creciente gasto público y contener la inflación, es un duro golpe para la presidenta Cristina Fernández, criticada por un agresivo estilo de gestión.
Tras 18 horas de tenso debate, el vicepresidente argentino y presidente del Senado, Julio Cobos, decidió inesperadamente dar la espalda a Fernández y votar en horas de la madrugada contra la norma, desempatando una reñida votación en la Cámara alta que el Gobierno creía ganada.
“La Presidenta va a entender. No la puedo acompañar, estoy actuando conforme a mis convicciones”, dijo tras votar un nervioso Cobos, que surgido de la opositora Unión Cívica Radical se alió con el peronismo para integrar la fórmula que ganó las elecciones presidenciales de octubre pasado.
Horas después de la votación, Cobos aseguró que no renunciará a la vicepresidencia.
“No se me cruza la voluntad de renunciar. Actué de acuerdo a mi conciencia”, aseguró antes de partir en automóvil hacia la andina provincia de Mendoza.
A lo largo del día ningún funcionario emitió palabra, y se esperaba con ansiedad la presencia y el discurso de la Presidenta en un acto en la norteña provincia de Chaco.
En Chicago, los precios de la soja cerraron con fuertes bajas tras la derrota del Gobierno en el Congreso, en tanto que las acciones en la Bolsa de Buenos Aires y los bonos argentinos subieron con los inversores considerando que el largo conflicto con el sector agropecuario podría estar cerca de su fin.
Sin embargo, no todos eran tan optimistas y esperaban la derogación de la resolución oficial, que en marzo desató el conflicto, incluidas huelgas y masivas manifestaciones, y que en junio fue enviada al Congreso por la presidenta en busca de una legitimación parlamentaria.
“El conflicto no está resuelto todavía. Hay que seguir en el reclamo”, dijo a la televisión Alfredo De Angeli, presidente de la Federación Agraria Argentina de la provincia de Entre Ríos, una de las entidades que lidera la protesta. Una prueba de la desconfianza es que en el mercado local de soja no se realizaron operaciones el jueves porque los operadores esperan una definición sobre la medida.
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