Monday, February 25, 2008

Refuerzan frontera



José Otero
jotero@prensa.com

Todavía no se sabe con certeza qué hacían frente a las costas de Jaqué, en Darién, guerrilleros del Frente 57 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que fueron sorprendidos el pasado viernes por agentes de la Policía.

Hay varias versiones que manejan terceras personas, y que este diario recogió en una visita a la zona durante el pasado fin de semana.

Una de esas versiones indica que los guerrilleros venían a Panamá a matar a un grupo de panameños y colombianos que, según los propios miembros de las FARC, habían traicionado a esa organización irregular. Otra da cuenta de que querían secuestrar a un alto ejecutivo de un hotel situado en la población de Piña, pero se quedaron varados por falta de gasolina.

Ambas informaciones fueron suministradas a este diario por fuentes que conversaron directamente con el grupo de civiles y policías que hizo frente a los guerrilleros en alta mar.

Las mismas fuentes comentaron que los insurgentes habrían dicho que no querían problemas con la policía panameña, y que lo que querían era combustible para irse a la población fronteriza de El Guayabo, en Colombia, donde se unirían con el resto de su grupo.

De cualquier forma, el subdirector de la Policía Nacional, Jaime Ruiz, afirmó que la situación está controlada, al tiempo que los seis guerrilleros detenidos tras los enfrentamientos del viernes siguen en la capital, tres de estos hospitalizados en el Santo Tomás, en condición estable.


FARC envían mensaje a la policía

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a través de un emisario, dijeron a este diario que no tienen ninguna intención de causarle problemas a la población panameña, pero que exigirán la libertad de sus compañeros detenidos cerca de las costas de Jaqué, en Darién.

El mensaje verbal fue dado por una persona que se identificó como "ligada a las FARC", quien aseguró ser panameña y conversó por poco tiempo con el equipo de La Prensa que estuvo este fin de semana en Jaqué.

En tanto, moradores de esa población aseguraron que varios de los colombianos capturados tras el enfrentamiento -tres de ellos heridos y hospitalizados en el Santo Tomás- residen en Juradó, Colombia.

Agregaron que varios de ellos frecuentan Jaqué y otros pueblos aledaños para visitar a conocidos.

"Esta situación nos devuelve el temor de salir a pescar sin seguridad alguna", manifestó un pescador de Puerto Piña, poblado cercano a Jaqué.

"Estamos seguros de que la guerrilla no se va a quedar así y va a tomar represalias contra nosotros", añadió el pescador, quien exigió que su nombre no se revelara por seguridad.

Este mismo sentimiento de inseguridad lo manifestaron otros pescadores y residentes de Jaqué, quienes señalaron que "desde hace mucho tiempo no vemos patrulleras de la policía panameña en nuestras costas".

Explicaron que cuando la Policía Fronteriza, apostada en Puerto Piña y Jaqué, necesita movilizarse para sus necesidades o apoyar en algunasituación, tiene que pedir prestadas embarcaciones a los propios moradores.

Esa situación fue la que ocurrió el pasado viernes, cuando la Policía tuvo que utilizar una lancha del hotel Tropics Resort de Puerto Piña para socorrer la embarcación que luego se comprobó era de la guerrilla.

De igual forma, la lancha que salió de Jaqué con 15 funcionarios de apoyo tras el enfrentamiento armado, también pertenecía a un residente de ese pueblo.

Consultados sobre esta situación, oficiales de los puestos de vigilancia de ambos poblados prefirieron guardar silencio.

El subdirector de la Policía Nacional, comisionado Jaime Ruiz, quien se trasladó a los dos sitios luego del tiroteo, aseguró que "todo está controlado y se ha reforzado la vigilancia en la zona".

Pero aunque se pudo observar que, en efecto, la Policía envió más tropas a ambos poblados, solo fue personal de tierra. No se notó la presencia de embarcaciones para custodiar las costas.

ENFRENTAMIENTO

Dentro de la lancha del hotel Tropics Resort que salió a socorrer a los supuestos náufragos, que luego resultaron ser miembros de las FARC, iba uno de los gerentes y tres vigilantes de esa empresa, así como dos policías fronterizos.

Según sus relatos, cuando llegaron a la lancha de las FARC sus ocupantes les pidieron gasolina y alimentos, y les dijeron que ellos estaban buscando a otras personas y que no querían problemas.

Cuando los policías que estaban a bordo de la lancha les informaron a los colombianos que serían remolcados a Jaqué para una revisión de rutina, estos últimos se opusieron y fue cuando, de manera repentina, salió del compartimiento de carga una mujer con un fusil AK-47 y dos correas de municiones cruzadas en el torso, quien empezó a dispararles.

Al verse atacados, los agentes policiales respondieron con sus armas, pero en esa refriega uno de los uniformados resultó herido en el rostro.

En ese momento, sin embargo, un capitán retirado de las Fuerzas de Defensa, quien labora como seguridad en el hotel Tropics, tomó el arma del policía herido y respondió al ataque. Luego cortó la soga con la que remolcaban la lancha guerrillera y esta quedó varada.

Entre el ex oficial y el otro policía lograron herir a tres de los guerrilleros y luego capturar a los otros tres, quienes se habían lanzado al mar.

Cuando la otra lancha con refuerzos policiales llegó al sitio, la situación ya estaba totalmente controlada, según la versión de los que estaban en la lancha del Tropics.

DENUNCIA

Pero esta situación no solo causó crisis en la población de Jaqué, sino entre los propios funcionarios de la policía fronteriza apostada en esa población panameña.

Unos minutos después de ocurrido el hecho, profesores y estudiantes de medicina de la Universidad de Panamá (UP) pasaron el susto de sus vidas cuando intentaban llegar al pueblo en una embarcación para realizar una gira médica.

Mignonio Murillo, uno de los encargados de la gira, declaró que cuando la lancha con el personal de la UP ingresaba por el sector costero conocido como La Boca, fueron recibidos con disparos al aire y advertencias de la Policía para que desembarcaran y se tiraran a la playa.

Algunos de los estudiantes a bordo de la embarcación, propiedad del Ministerio de Salud, sacaron pañuelos blancos y gritaron que no les dispararan, relató Murillo.

El profesor universitario reprochó la acción policial pues, a pesar de que dijo que entendía que había un estado de emergencia en el pueblo, denunció que los uniformados pusieron en peligro la vida de todo el personal médico que participaba en la gira.

Al final, la Policía les presentó disculpas, indicó Murillo.

(Con información de Edgar Enrique Figueroa).

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