Monday, June 23, 2008

Debilidad del dólar abre debate sobre uso del euro

Cindy Calderon
PA-DIGITAL


Algunos establecimientos permiten hacer transacciones en euros.
Dólares en una mano y euros en la otra. Esta es una posibilidad que algunos economistas y analistas de mercado vislumbran ante la debilidad cada vez más creciente del dólar.

La debilidad de la moneda estadounidense incluso viene afectando el poder de compra de los panameños, a tal grado que en el mercado local el dólar tiene un valor de 88 centésimos.

En el país instituciones bancarias como el HSBC, Deutsch Bank, Sudameris, Banco Bilbao Vizcaya, el Banco Atlántico y el Banco Nacional de Panamá realizan transacciones en euros, y algunos permiten la apertura de cuentas en esta moneda.

"La creación de un centro financiero donde se le posibilite a los clientes establecer su propio sistema de cobro en euros sería un avance para el país", aseguró el analista financiero José Abo.

En cambio, para el economista Enrique Ho Fernández la utilización del euro en el país "no sería recomendable para el sector comercial", ya que Panamá mantiene lazos comerciales fuertes con los Estados Unidos y esto podría perjudicar el comercio.

Parecida opinión expresó Mario De Diego, de la Asociación Bancaria de Panamá, para quien "no hay tal cosa como una segunda moneda".

Aseguró que en Panamá el dólar estadounidense es la moneda de curso legal y esto permanecerá así, pues "no veo en el horizonte ninguna posibilidad que se cambie, ni estaría de acuerdo con ello".

Sin embargo, Juan Ricardo Dianous, gerente general del Banco Nacional de Panamá, dijo que sí es factible que la población panameña utilice el euro como segunda moneda, ya que de hecho existen muchos establecimientos comerciales, hoteles, restaurantes, que reciben euros de los clientes.

Consultado sobre este polémico tema, José Ramón Varela, presidente de la Cámara de Comercio, sostuvo que "no hay una moneda de curso forzoso en Panamá", lo que permite que se pueda realizarse todo tipo de transacciones en cualquiera moneda.

¿Cuándo vendrá el latigazo?

Juan Ramón Porras
jporras@estrelladepanama.com

La crisis en los Estados Unidos continúa y ya se empiezan a ver indicaciones de que pronto nos tocará a nosotros volver a la normalidad.
Es verdad que hemos venido gozando de un crecimiento acelerado los últimos años, sin embargo, solamente es normal que este ciclo económico empiece su giro inevitable.
Solamente en el mes de mayo los precios en las ventas de las casas reposeídas en los Estados Unidos llegaron al menor nivel en seis meses. Expertos argumentaban de que esto era lo peor de la situación y que el llegar al peor nivel significa que la recuperación a corto plazo era inminente. Aun así, bancos anunciaban que tenían más de 18 meses de espera en casas reposeídas que no habían sido vendidas y que a menos que el mercado empezara a recuperarse pronto, tendrían que ver cómo sacaban ese inventario de su cartera. En pocas palabras, el precio podría seguir bajando.
La situación de financiamiento de carros no está mejor. Personas que adquirieron su vehículo de todo terreno están corriendo a ver cómo hacen para cambiarlo por algo más económico debido al precio de la gasolina.
Sin embargo, se están dando cuenta que al tratar de cambiar el carro tendrían que pagar una gran suma, ya que su vehículo se ha visto depreciado gravemente. Para poderlo cambiar, tendrán que sacar un gran monto de dinero del bolsillo, ya que la deuda en el carro es mucho mayor que el valor de reventa. Lo que hacen es que se quedan con el vehículo hasta que las cosas mejoren, sacrificando quizás otros rubros de sus gastos familiares.
Finalmente estamos viendo como ya se anuncian, medidas legales en contra de empresas promotoras de Panamá, las que han anunciado nuestro país como un paraíso terrenal. Lo que estas empresas no anunciaban era que la vista al mar en la Avenida Balboa no necesariamente era la misma que la que se ve en Miami Beach. Tampoco tenemos las aceras anchas de Santiago, Chile y ya empezamos a sentir diariamente el olor de desagües de aguas negras que proliferan en nuevos rincones de la ciudad. Todo esto debido a un crecimiento desordenado que ha traído como consecuencia el peor tráfico de automóviles antes visto en nuestro país.
Es importante planificar para el futuro sabiendo que las cosas buenas no pueden durar para siempre. Hemos tenido un magnífico período del cual hemos aprendido mucho. Así como muchos se han beneficiado, nuestro país también ha sufrido. Aprender de esta experiencia será nuestra mayor tarea, para que en 15 o 20 años cuando volvamos a tener la oportunidad de experimentar el siguiente ciclo de proliferación económica, sepamos prepararnos con tiempo y aprovecharlo de manera eficiente y con conciencia.

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