Monday, April 28, 2008

Fugas dejan $30 millones en pérdidas



José Somarriba Hernández
jsomarriba@prensa.com

Unos 54 millones de galones de agua potable, equivalente al 30% de la producción de la planta potabilizadora de Chilibre, se pierden diariamente por tuberías rotas, o esta agua se queda en poder de clientes que no pagan por el servicio o la hurtan del sistema de distribución.

Esto representa una pérdida económica de $30 millones anuales, reveló el director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), Juan Antonio Ducruet.

Según Ducruet, el principal problema se registra con la denominada "pérdida comercial", en la que se incluye a aquellos clientes que reciben el servicio pero que no pagan a la institución porque sus terrenos no están legalizados, o porque son atendidos por carros cisterna.

El resto de las pérdidas es provocado por las tuberías rotas o en mal estado, por donde diariamente se desperdician unos 10.8 millones de galones de agua.

Aguas negras

El desborde de aguas negras es otro de los dolores de cabeza del Idaan, y es que el 60% de las tuberías está obstruido por grasas, y en varios sectores de la ciudad el sistema de alcantarillado ha colapsado.

Sin embargo, el Ministerio de Salud argumenta que no todas las tuberías están obstruidas, y que los problemas surgen porque el sistema es viejo y está dañado.

Idaan cobrará por alcantarillado


Dos situaciones han puesto al Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) en el ojo de la tormenta: los constantes desbordamientos de aguas negras y el desperdicio de agua potable.

Ambas situaciones las conocen perfectamente los responsables de la entidad. José Carías, jefe del departamento de aguas servidas del Idaan, dice que un 60% de la obstrucción de tuberías de aguas negras se debe al mal estado o a la ausencia de las trampas de grasa en algunos restaurantes.

Para Carías, esta anomalía se debe corregir, pues en todas las áreas en donde hay gran cantidad de restaurantes, existen afloramientos (desborde de excretas y toda clase de desperdicios).

La situación es tan grave, señaló, que en 2007 hubo reuniones con miembros de la Cámara de Comercio de Panamá para crear conciencia entre los propietarios de restaurantes.

"El Idaan nunca ha cobrado por el mantenimiento del sistema sanitario. Con lo que se cobra de agua se subsidia el sistema de aguas servidas, y los camiones que se usan para destapar las cañerías cuestan alrededor de 300 mil dólares, sin incluir el mantenimiento", aseguró.

El equipo del que habla Carías se utiliza en la ciudad capital y en el interior del país. Hay cuatro cuadrillas y se están creando seis más para sectorizar la ciudad y brindar un mejor servicio.

En todos los países se cobra una tarifa para el mantenimiento del sistema de aguas residuales. Panamá es uno de los pocos en que no hay que pagar por ello, aseguró Carías.

A muchos edificios en construcción, el Idaan no les está permitiendo que se conecten al sistema porque las tuberías no están diseñadas para aceptar más conexiones; mientras que otros deben tener plantas de tratamiento de aguas servidas, aseguró.

"Con el proyecto de saneamiento de la bahía y la construcción de la planta de tratamiento de aguas negras, se hará necesario implementar una tarifa para el mantenimiento de la estructura y el equipo", añadió Carías, pero no dio más detalles de esta medida.

Las cuadrillas se mueven en toda la ciudad. A veces están en Calidonia y de pronto deben moverse a Juan Díaz. Ese desplazamiento, explicó, con los tranques que hay solo permite resolver tres o cuatro daños diarios, en vez de cinco u ocho.

Esto motivó que la ciudad fuera seccionada por turnos: el lunes se atiende un sector, el martes otro y así sucesivamente. Por ello, dice Carías, algunas veces los funcionarios llegan a atender una llamada dos días después.

SISTEMA VIEJO Y DAÑADO

Para Lucas López, director de la Región Metropolitana de Salud del Minsa, el problema de las tuberías obstruidas "no es la grasa, sino que es un sistema muy viejo y dañado. El país ha crecido urbanísticamente y no se le ha dotado de un nuevo sistema".

López reconoce que las trampas de grasa en mal estado "sí han influido, pero no se puede decir que 60% de las cañerías están tapadas por eso".

El Código Sanitario establece sanciones para el dueño de un restaurante que no mantenga una trampa de grasa en buen estado, o por ausencia de ella.

El director del centro de salud, en donde está ubicado el local, puede aplicar multas que van de 10 a 500 dólares; si el caso va a nivel regional, la sanción puede ser de 5 mil dólares; y, si hay reincidencia, el proceso iría a nivel nacional y la multa podría llegar hasta 100 mil dólares.

Al respecto, el director nacional de mantenimiento del Ministerio de Obras Públicas (MOP), Jorge Pitalúa, negó que haya deficiencias en el sistema de drenajes pluviales o en el sistema sanitario.

"Se utiliza el sistema como cloaca para tirar cualquier tipo de desperdicio. Es una cuestión de cultura, no es por deficiencias ni del sistema ni de las entidades encargadas de su mantenimiento, pero el sistema no colapsará", opinó.

El funcionario señaló que "el MOP puede ordenar la suspensión de la construcción de una obra por incumplir con las normas establecidas en los planos, y por obstruir los drenajes pluviales y sanitarios".

Se intentó conocer una opinión de Giacomo Tamburrelli, de la Asociación de Restaurantes, pero no devolvió las llamadas ni los mensajes dejados en su teléfono móvil.

PÉRDIDA DE AGUA

Federico Rodríguez, gerente metropolitano del Idaan, dijo que se enfrentan a un enemigo escurridizo: clientes que hurtan agua, y los que no pagan.

También hay agua que se desperdicia por fugas en las tuberías; estas son pérdidas físicas. Los clientes ilegales, con bypass –tuberías conectadas directamente, sin medidor–, constituyen pérdidas comerciales.

Sucede que la institución tiene estructuras subterráneas, lo que impide que los inspectores puedan percatarse de ello. Esto –a diferencia de las empresas eléctricas o de telefonía, cuyos cables son aéreos– no facilita su inspección.

Rodríguez señaló que algunos clientes "tiran concreto a los medidores o los colocan bajo un piso para ocultarlo, evitar la facturación y no pagar".

Esta situación, así como la rotura de tuberías, incide en que a diario se desperdicie cerca del 30% de la producción de agua potable de la planta potabilizadora de Chilibre, que alcanza unos 180 millones de galones de agua. "Una verdadera dificultad", asegura.

Sin embargo, la sanción por esta irregularidad no compete a la entidad, sino a la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (Asep), dijo Rodríguez. En la Asep no se pudo obtener una versión, ya que los funcionarios no estaban disponibles.

Larga espera por el agua que no llega

Mientras que en varios sectores de la capital el agua se desperdicia, en otros como Higuera, en el distrito de Chepo, los residentes deben acudir a un "lago" (bebedero de ganado enclavado en uno de los potreros cercanos al área), para bañarse, lavar la ropa e, incluso, fregar los platos.

Marcelina González relató que, debido a esta situación, muchos de los vecinos tienen infecciones en la piel. Pero eso no es todo. Cuando van al "lago" lo hacen con temor, por la presencia en la zona de toros y vacas. Hay animales cimarrones y peligrosos que pueden causar algún daño", explicó González.

"Parece mentira que en un pueblo como Chepo, que está rodeado de ríos, ocurra estasituación. Tenemos 12 años de vivir con este problema", reclamó González.

Aunque los afectados ya protagonizaron un cierre de la vía Panamericana, el 14 de abril pasado, para exigir respuestas al Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, explicó González, siguen a la espera de una solución.

Por ello, dieron un plazo hasta el próximo martes 20 de mayo para que la entidad les resuelva su problema de escasez de agua, sino volverán a las calles para llamar la atención con sus protestas.

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