Mabel Cruz Rodríguez
mabel.cruz@epasa.com
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PA-DIGITAL
Realidad. Los consumidores aseguran no aguantar un aumento más en los alimentos.
El efecto del alza del combustible se refleja en los precios de los alimentos que continúan aumentando.
Desde que los cultivos se cosechan hasta que llegan a manos de los consumidores sufren modificaciones que hasta triplican el valor original.
El aumento en frutas y vegetales en los mercados y supermercados van desde 10 centésimos hasta 25 centésimos.
Cada sector presenta sus excusas refugiado en las variaciones constantes al precio del petróleo, mientras que las autoridades se han resignado a reconocer que son los especuladores los culpables.
Los consumidores son los más afectados, porque ya en enero el aumento de los precios de los alimentos provocó que la canasta básica cerrara en $284.41, lo que representa un incremento de $13.41 en su costo, en comparación con igual período del año pasado.
Virgilio Saldaña, presidente de la Asociación de Productores de Tierras Altas, explicó que los agricultores han mantenido el precio de las legumbres, pese a todo lo surgido con el petróleo.
“Hace mucho tiempo hemos reclamado un poco más de justicia para el consumidor y para los productores que somos los dos extremos de la cadena de comercialización”, indicó.
Aparentemente, a juicio de Saldaña, esta situación es un problema complejo porque, a la fecha, nada han podido hacer las autoridades y es irrazonable que los clientes tengan que pagar por una libra de papa un dólar, cuando ellos la venden a 50 centésimos.
Apeló a las autoridades para que los productores, distribuidores y consumidores se puedan sentar a discutir y permita al consumidor adquirir los productos a precio razonable.
Autoridades.
Emilio Kieswetter, ministro de Desarrollo Agropecuario, atribuyó esta situación a que sigue la especulación.
Sobre el cuestionamiento del avance de las Cadenas Agroalimentarias, creadas supuestamente para acabar con la especulación de los intermediarios, Kieswetter dijo que se está dando muy lento.
Actualmente están instalando la cadena del arroz; este sistema de comercialización para los productores no ha presentado mayores avances desde que fue propuesto.
Intermediarios.
El 70% de la producción nacional la adquieren los miembros de la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares de Panamá (Acovipa) y el resto (30%) los mercados de abastos.
Iván Ríos, presidente de Acovipa, manifestó que lógicamente el combustible es un componente básico en la comercialización.
“Cada vez que el petróleo suba, los productos se verán afectados. Hay que traspasarles el costo de flete a los productos”, recalcó Ríos.
El comerciante apuntó que no pueden mantener un mismo precio cuando los costos de operación siguen subiendo.
En el caso del producto nacional, explicó que la mayoría del abastecimiento lo reciben de la provincia de Chiriquí, el cual es transportado por camiones, lo que muestra que la subida de precio no tiene que ver con que los productos vengan de afuera, sino en el movimiento que realizan para su traslado.
“En estos momentos no hay otra salida porque el petróleo incide en todo. La única salida sería que los que distribuyen el petróleo bajen el precio y eso se nos escapa de nuestras manos”, dijo.
Desde que los cultivos se cosechan hasta que llegan a manos de los consumidores sufren modificaciones que hasta triplican el valor original.
El aumento en frutas y vegetales en los mercados y supermercados van desde 10 centésimos hasta 25 centésimos.
Cada sector presenta sus excusas refugiado en las variaciones constantes al precio del petróleo, mientras que las autoridades se han resignado a reconocer que son los especuladores los culpables.
Los consumidores son los más afectados, porque ya en enero el aumento de los precios de los alimentos provocó que la canasta básica cerrara en $284.41, lo que representa un incremento de $13.41 en su costo, en comparación con igual período del año pasado.
Virgilio Saldaña, presidente de la Asociación de Productores de Tierras Altas, explicó que los agricultores han mantenido el precio de las legumbres, pese a todo lo surgido con el petróleo.
“Hace mucho tiempo hemos reclamado un poco más de justicia para el consumidor y para los productores que somos los dos extremos de la cadena de comercialización”, indicó.
Aparentemente, a juicio de Saldaña, esta situación es un problema complejo porque, a la fecha, nada han podido hacer las autoridades y es irrazonable que los clientes tengan que pagar por una libra de papa un dólar, cuando ellos la venden a 50 centésimos.
Apeló a las autoridades para que los productores, distribuidores y consumidores se puedan sentar a discutir y permita al consumidor adquirir los productos a precio razonable.
Autoridades.
Emilio Kieswetter, ministro de Desarrollo Agropecuario, atribuyó esta situación a que sigue la especulación.
Sobre el cuestionamiento del avance de las Cadenas Agroalimentarias, creadas supuestamente para acabar con la especulación de los intermediarios, Kieswetter dijo que se está dando muy lento.
Actualmente están instalando la cadena del arroz; este sistema de comercialización para los productores no ha presentado mayores avances desde que fue propuesto.
Intermediarios.
El 70% de la producción nacional la adquieren los miembros de la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares de Panamá (Acovipa) y el resto (30%) los mercados de abastos.
Iván Ríos, presidente de Acovipa, manifestó que lógicamente el combustible es un componente básico en la comercialización.
“Cada vez que el petróleo suba, los productos se verán afectados. Hay que traspasarles el costo de flete a los productos”, recalcó Ríos.
El comerciante apuntó que no pueden mantener un mismo precio cuando los costos de operación siguen subiendo.
En el caso del producto nacional, explicó que la mayoría del abastecimiento lo reciben de la provincia de Chiriquí, el cual es transportado por camiones, lo que muestra que la subida de precio no tiene que ver con que los productos vengan de afuera, sino en el movimiento que realizan para su traslado.
“En estos momentos no hay otra salida porque el petróleo incide en todo. La única salida sería que los que distribuyen el petróleo bajen el precio y eso se nos escapa de nuestras manos”, dijo.
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