Los mineros llegaron en su mayoría acompañados de sus esposas y familiares, tras haber disfrutado de una excursión en Disney World.
A pesar de los días transcurridos desde el rescate, a mediados de octubre de 2010 y la agenda de reuniones, viajes y terapia, algunos de los mineros que conversaron con TVN, exteriorizaron que no han superado la odisea. Al menos así lo dejó en claro, Claudio Yanez Lagos, de 34 años.
Yanez Lagos, oriundo de Copiapó, era un recolector de uvas, cuando decidió dejar ese oficio y se fue a trabajar a la Mina San José, en el desierto de Atacama, sin pensar en lo que ocurriría.
Por su parte, Luis Urzúa Iribarre, de 54 años, el último de los mineros en ser rescatado, ponderó en TVN, el valor y sacrificio de la mujer chilena, que no sucumbió pese a los días de zozobra mientras los trabajadores permanecían bajo tierra.
Uruzúa Iribarre fue el último en salir de la mina colapsada, pero fue el primero en hablar con el exterior, cuando desde el fondo de la mina, los mineros enviaron la primera evidencia de que "estamos bien en el refugio, los 33" en un papel pegado a una sonda.
Urzúa Iribarre era el jefe de turno cuando ocurrió el derrumbe el 5 de agosto en la mina San José y a partir de ahí, organizó el espacio y racionó la comida, hechos que ayudaron a los 33 a sobrevivir.
Uno de los mineros de visita en Panamá fue Mario Gómez Heredia, de 63 años, quien llegó en compañía de su esposa Liliana Ramírez. Gómez Heredia mostró en Panamá el mismo buen ánimo y calma que tuvo bajo la mina y que ayudó a que los mineros no cundieran en pánico a casi 700 metros de profundidad.
Pero quien llamó la atención fue Yonni Barrios, de 52 años, el enfermero cuyo amor se disputaron dos mujeres, mientras estuvo bajo tierra. En Panamá, Yonni daba muestras de cariño a su pareja.
De Panamá, los mineros chilenos proseguirán viaje a Chile.
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