Ana Teresa Benjamín
abenjami@prensa.com
La suya fue una lucha larga y solitaria.
Achmat Dangor, presidente de la Fundación Nelson Mandela, dice que Helen Suzman fue “una gran patriota y una combatiente intrépida” contra el apartheid.
El jueves 1 de enero pasado, con 91 años, falleció en Johanesburgo la política y activista sudafricana, nacida el 7 de noviembre de 1917 bajo el nombre de Helen Gavronsky.
El apellido Suzman lo adquirió a los 20 años, al casarse con Moses Suzman. Del matrimonio nacieron dos hijas.
Tras su muerte –ocurrida pacíficamente, según sus familiares–, los cables de las agencias de noticias resaltaron cómo esta mujer de aspecto frágil se convirtió, durante más de 30 años, en una recia luchadora contra la discriminación que dividió Sudáfrica durante décadas.
Hija de inmigrantes judíos lituanos, Suzman fue diputada desde 1953 hasta 1989 en representación del Partido Progresista Sudafricano (posteriormente llamado Partido Progresista Federal), y durante todos esos años se manifestó en contra del gobierno segregacionista que legalizó la política del apartheid a finales de la década de 1940.
Mientras sus colegas parlamentarios se plegaban y apoyaban sin cuestionamientos las leyes racistas y la inequidad contra la población negra y la llamada ‘gente de color’ (inmigrantes de India y mestizos), Suzman gritó a voz en cuello su desaprobación.
En 1967 entró a la prisión de Robben Island y se convirtió así en la primera parlamentaria en visitar al líder antiapartheid, Nelson Mandela, que había caído preso en 1964 por sus ideas de libertad.
“Fue raro y maravilloso ver a esta valiente mujer entrar en nuestras celdas y caminar alrededor de nuestro patio. Ella fue la primera y única mujer en bendecir nuestras celdas”, dijo Mandela alguna vez, recordando la visita de la parlamentaria.
Aunque el líder sudafrinano había sido condenado a permanecer en la cárcel hasta su muerte, fue finalmente liberado en 1990.
Suzman se había retirado del mundo político en 1989, pero ese mismo año se hizo miembro de la Comisión Electoral Independiente que supervisó las primeras elecciones que se realizaron en el país africano en 1994. Tres años antes, en 1991, se habían eliminado las bases jurídicas en las que se sustentaba el apartheid.
Suzman también estuvo con Mandela en 1996 cuando, ya siendo el primer presidente negro de Sudáfrica (ganó las elecciones en 1994), firmó la nueva Constitución del país. Por toda su trayectoria fue nominada dos veces para el premio Nobel de la Paz.
Una nota de REUTERS destaca que el gobernante Congreso Nacional Africano –que ayudó a poner fin al apartheid– ha enfrentado en el presente luchas de poder, mientras que el país sufre la pobreza, el crimen y las secuelas del sida.
El funeral de la activista blanca contra el apartheid tuvo lugar el domingo 4 de enero en el cementerio West Park de Johannesburgo.
Un poco de historia sudafricana
El apartheid se basaba en la idea de que los blancos eran los creadores de la riqueza y, por tanto, tenían prioridad para disfrutarla. Es así como la población blanca, mediante los poderes políticos, se procuró una posición privilegiada. La política segregacionista empezó en 1913, cuando a la población negra se le prohibió adquirir tierras fuera de sus reservas. En 1921 se les prohibió vivir en las ciudades si no tenían trabajo y después de la Segunda Guerra Mundial se acentuó aún más, con la creación de los bantustanes, territorios asignados a cada etnia del país para mantenerla apartada.
En 1989, el presidente Frederick de Klerk empezó el desmantelamiento del sistema, y entre 1990 y 1991 fueron abolidas todas las leyes que amparaban esta política. Justamente en 1990 el líder antiapartheid, Nelson Mandela, salió en libertad. Ganó las elecciones en 1994 y se convirtió en el primer Presidente negro del país.
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