Wednesday, November 7, 2012

Nueva relación comercial con EU


AET ELISA TEJERA C. LUIS BELLINI
economia@prensa.com
Entre retos y oportunidades, hoy comienza a regir el tratado de promoción comercial (TPC) entre Panamá y Estados Unidos (EU), un pacto que tomó nueve años en concretarse.

Panamá tuvo que adecuar algunas leyes relacionadas con la protección de la propiedad intelectual, patentes y resolución de disputas comerciales.

También eliminó las tarifas arancelarias para el 86% de los bienes industriales estadounidenses y para el consumidor, y los restantes se reducirán en forma paulatina. Por su parte, EU firmó ayer el documento que excluye a Panamá como beneficiario de diversos programas comerciales estadounidenses.

Según la Casa Blanca, la modificación implica la salida de Panamá del Sistema Generalizado de Preferencias, del Acta de Recuperación Económica para la Cuenca del Caribe, y del Acta para la Alianza Comercial de la Cuenca del Caribe.

Desde este momento, se espera que lleguen más empresas estadounidenses al país, que el sector financiero se abra camino en Estados Unidos y que Panamá preste servicios con trato preferencial en un mercado de 300 millones de potenciales consumidores.

Los beneficios del TPC con EU a corto plazo se traducirán en una reducción en el costo de los productos de la canasta básica de alimentos, aseguró Ricardo Quijano, ministro de Comercio e Industrias.

El consumidor tendrá muchas más alternativas frente a productos y alimentos que entrarán al país libres de impuestos, resaltó el funcionario.

Las autoridades estiman que en un año y medio Panamá podría mejorar la desventaja en la balanza comercial que tiene con EU.

En 2011, Panamá exportó cerca de 300 millones de dólares a Estados Unidos, mientras que el país norteamericano vendió 2 mil 500 millones de dólares.

El acuerdo comercial ofrece a las autoridades panameñas una vitrina para atraer mayor inversión extranjera.
“Estamos promoviendo a Panamá como puerto logístico y de conexión entre países de Centro y Suramérica”, destacó Quijano.

Con la entrada en vigencia del TPC, también se deja en evidencia las desventajas del sector agropecuario panameño, que en la última década disminuyó de 8% a 3.4% su aporte al producto interno bruto.

El exceso de importaciones en época de plena cosecha, rebajas arancelarias, variaciones climáticas y los bajos precios de comercialización le restan competitividad al sector agrícola panameño frente al estadounidense.

En los últimos seis años en el país se han dejado de cultivar 35 mil hectáreas, mientras algunos cultivos como arroz, maíz, poroto y café han bajado sus rendimientos en un 30%, y las importaciones han aumentado más de 25%.

“La entrada en vigor (del TPC) representa una oportunidad para el sector, siempre y cuando las autoridades concreten políticas claras y definidas. De lo contrario, la apertura al mercado estadounidense marcaría el fin del sector agrícola local”, advirtió Virgilio Saldaña, presidente de la Asociación de Productores de Tierras Altas.
Gerardino Batista, viceministro de Desarrollo Agropecuario, reconoce que Panamá necesita hacer ajustes, sobre todo en el sector productivo, si quiere alcanzar un mercado más competitivo.

El uso de tecnología, sistemas de riego y capacitación a productores son algunas de las herramientas que permitirán alcanzar esta meta, señaló Batista.

Aunque el sector productor es el más rezagado frente a este nuevo mercado, el TPC también representa para el país una oportunidad de generar más plazas de trabajo e impulsar la competitividad.

Se estima que solo la cuota adicional de las 7 mil toneladas métricas de azúcar acordada en el TPC generará unas 300 nuevas plazas de trabajo directas y hasta 900 nuevas de manera indirecta.

Otro de los beneficios es que Panamá tendrá acceso a las contrataciones de todas las entidades federales de EU, y a un número importante de empresas gubernamentales.

Panamá exporta a EU, principal inversor y socio comercial, el 29.1% de sus bienes, que se podría incrementar con la entrada de este tratado comercial.

“El TPC representa importantes ventajas para nuestro país, como la apertura de nuevos mercados no solamente para los productos, sino para los servicios; además generar un impacto positivo en el consumidor”, manifestó Irvin A. Halman, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá.

Aunque la apertura comercial es positiva, el empresario reconoce que aún existen retos para el país y sus productores, “de forma tal que podamos tomar ventajas de los nuevos mercados que nos brinda esta apertura comercial”.

Para ambos países, la expectativa que genera el acuerdo se traduce en nuevas oportunidades de mercado, beneficios para los consumidores y el fortalecimiento de los lazos históricos vinculados con el Canal y la inversión.

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