Monday, April 21, 2008

Nuevos vecinos en Panamá


Zoraida Chong
zchong@prensa.com

"Ustedes tienen una sucursal del cielo aquí", "Panamá es maravilloso", "la gente es muy cálida y amable", "tienen todos esos paisajes: la playa muy cerca, El Valle [de Antón]".

Así ven al país los nuevos residentes de Panamá, retirados o jubilados, principalmente estadounidenses, que eligieron el destino para vivir la "segunda juventud".

Los motivos para venir son muy diversos y van desde el costo de la vida, el paisaje, antiguos recuerdos, entre otros.

Robert Askew, por ejemplo, es un "zonian", que siempre quiso volver. Su padre llegó al país en 1907 para trabajar en la construcción del Canal, y su madre nació, al igual que él, en el hospital Gorgas. Askew estudió en el colegio Balboa y luego se fue a Estados Unidos para hacer su carrera militar, pero en 1999 volvió al país para sacar la cédula y el pasaporte a los que legalmente tenía derecho, por nacimiento.

"Soy panameño, la gente no me cree cuando le digo, pero sí, soy cédula 8 (provincia de Panamá), nada de ‘E’, de extranjero", asegura con su español casi fluido.

Askew está orgulloso de su segunda nacionalidad, y la ha transmitido a su hija, aún menor de edad, que aunque todavía no habla español, también tiene su pasaporte.

Para él, una de las actividades favoritas es jugar golf y siempre representa a Panamá en las competencias amateur que se realizan en el país.

De Venezuela a Panamá

Antonio Guzmán, venezolano-estadounidense y Leila Heron, estadounidense, son una pareja de retirados que luego de vivir en Venezuela por poco más de una década, conoció Panamá en un viaje originalmente programado para una noche, pero que duró dos semanas.

"Dijimos: vamos a quedarnos por lo menos hasta que amanezca. Porque nos enamoramos la primera noche", recuerda Antonio.

El resultado fue que al volver a Venezuela ya habían cerrado el trato para su nueva casa, solo arreglaron algunos detalles allá y se mudaron definitivamente a Panamá.

"La gente aquí tiene una fuerte responsabilidad social. En la campaña de la cinta rosada, todo el mundo la traía puesta y eso también es muy importante, me parece algo muy sano en una sociedad", explica Leila.

Ella es especialista en educación a distancia y algo que la llena de ilusión es poder compartir sus conocimientos con otras personas, con jóvenes profesionistas que puedan encontrar en esta herramienta una opción para mejorar su preparación profesional.

A la pareja le interesa mucho el tema de la superación personal, como una herramienta contra la pobreza, y para aportar su granito de arena han incentivado a su asistente del hogar para que se prepare y aspire a un trabajo mejor.

"Tiene mucha motivación y la estamos ayudando a terminar su bachillerato, además estudia inglés en el Inadeh (Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano)", dice Leila con satisfacción.

Uno de los aspectos que a los panameños les preocupa sobre la llegada de extranjeros es precisamente que ya no se consigue personal para el trabajo doméstico, porque ellos pagan más, pero para la pareja la respuesta es muy sencilla: "Es una persona y tiene derecho a superarse", señala Antonio.

Calles singulares

Los retirados entrevistados están contentos en Panamá y no es fácil conseguir que hablen de las cosas que no les gustan del país, pero después de insistir un poco, la respuesta es siempre la misma: Los panameños, "tan amables y cálidos", se transforman cuando se suben a un auto.

Algo que le sorprende a los extranjeros es que los conductores locales prefieren chocar antes que ceder el paso, y aunque se transite con orden, por el carril indicado, "siempre habrá alguien que se te tire".

Aun con este, y otros "pequeños detalles", los nuevos residentes de Panamá aseguran que el balance es positivo.

Información necesaria para adaptarse

Sandra Snyder es una retirada estadounidense que, junto con su esposo, llegó a Panamá hace 13 años. Conocieron el istmo en un viaje en velero que hicieron de una costa a otra de su país, a través del Canal de Panamá.

Ella confiesa, con evidente pena, que antes de llegar aquí lo único que sabía era que había un Canal. Ahora es una de las extranjeras más informadas: conoce las artesanías, las regiones, las etnias, algo de historia y además ha observado "cómo funcionan las cosas".

Pero toda esa información no podía quedarse para ella sola, de modo que ha encontrado el modo de compartirla con los que van llegando. Ha escrito un libro para los recién llegados, tiene un noticiario en inglés en Radio Metrópolis, y es la persona de referencia a quien la mayoría busca.

"Lo primero que les digo es ‘paciencia’, esto no es Estados Unidos. No es mejor o peor, simplemente es diferente".

Snyder se refiere a que aquí la vida parece ir más lenta y con un toque de informalidad: "Hay que mentalizarse y saber que si vas a una oficina del Estado, pasarás horas ahí". Una preocupación de Snyder sobre la llegada de retirados es que no siempre reciben información acertada. "Dicen que en Panamá todos hablan inglés y no es cierto, que hay descuentos para jubilados, pero eso es para los locales". Asegura, sin embargo, que Panamá es un sitio "maravilloso" y que no hace falta exagerar las cosas.

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