Magaly Rocío Montilla
mmontilla@estrelladepanama.com
Llegó la hora de hacer política. La carrera por las primarias perredistas se intensifica. No hay tiempo que perder. Es por eso que Belgis Castro le dijo adiós a su equipo de trabajo en el Ministerio de Educación.
El jefe de la cartera de Educación se despidió el miércoles, durante un almuerzo con sus “hombres de confianza”. Allí les informó de su salida del Gabinete, que será el 30 de abril.
La institución es grande, son muchos los cuadros que deja atrás. Despedirse de ellos, uno a uno, es imposible. Ayer aprovechó un desayuno del día de la secretaria para despedirse de al menos 100 de ellas.
Castro aspira a una curul por el circuito 4-1. En el Palacio de las Garzas ya se habla de su reemplazo, se menciona a uno de la casa: Gaspar Tarté, secretario de Innovación.
Fueron ocho meses los que Castro estuvo al frente de la institución. Durante este período enfrentó graves crisis. Apenas tenía 60 días en el cargo cuando le explotó en la cara el mayor escándalo de corrupción comprobada de esta administración, el desfalco por más de 1.5 millones de dólares al Fondo de Equidad y Calidad de la Educación (FECE), cometido por funcionarios de la entidad, docentes y empresarios locales.
Aunque el ministerio aún no se recuperaba de esta sacudida, y las escuelas debían prepararse para el inicio del año lectivo 2008, Castro se dedicó a hacer política. Es que venía el congreso del PRD, y él aspiraba a la cuarta subsecretaría del CEN. La alcanzó, pero un día después del congreso, el 10 de marzo, se estrelló de frente con la realidad. Iniciaba el nuevo año escolar y los centros educativos no estaban listos, seguía el problema de la fibra de vidrio, hubo protestas, paralizaciones y faltaban docentes por nombrar.
No solo fue criticado por los dirigentes magisteriales. Perdió la confianza del presidente Martín Torrijos, quien le puso de supervisor al canciller Samuel Lewis Navarro para que inspeccionara las escuelas. La de Castro es una de las despedidas esperadas. El ministro de la Presidencia, Rubén Arosemena, también anunció a su partido que deja el cargo el 30 de abril. Se prevén además cambios en los ministerio de Desarrollo Social, Desarrollo Agropecua- rio, Vivienda y en el Ifarhu.
Problema de Estado
La salida de Belgis Castro, de la cartera de Educación, es un alivio para todos, incluso para el propio gobierno. En lugar de resolver problemas, el ministro los agravó. Se dedicó a hacer política, en lugar de organizar el inicio de clases. Pero el problema de la calidad de la educación trasciende a la renuncia de un ministro. Es un asunto que depende del liderazgo del gobierno, la responsabilidad de los gremios magisteriales y la colaboración de toda la sociedad. Ninguno de los tres sectores mencionados ha hecho su parte. Basta ya de creer que tenemos una buena educación, porque las estadísticas indican que el 20% del gasto público se dirige a ese sector y que la cobertura en primaria es de casi el 100%.mmontilla@estrelladepanama.com
Llegó la hora de hacer política. La carrera por las primarias perredistas se intensifica. No hay tiempo que perder. Es por eso que Belgis Castro le dijo adiós a su equipo de trabajo en el Ministerio de Educación.
El jefe de la cartera de Educación se despidió el miércoles, durante un almuerzo con sus “hombres de confianza”. Allí les informó de su salida del Gabinete, que será el 30 de abril.
La institución es grande, son muchos los cuadros que deja atrás. Despedirse de ellos, uno a uno, es imposible. Ayer aprovechó un desayuno del día de la secretaria para despedirse de al menos 100 de ellas.
Castro aspira a una curul por el circuito 4-1. En el Palacio de las Garzas ya se habla de su reemplazo, se menciona a uno de la casa: Gaspar Tarté, secretario de Innovación.
Fueron ocho meses los que Castro estuvo al frente de la institución. Durante este período enfrentó graves crisis. Apenas tenía 60 días en el cargo cuando le explotó en la cara el mayor escándalo de corrupción comprobada de esta administración, el desfalco por más de 1.5 millones de dólares al Fondo de Equidad y Calidad de la Educación (FECE), cometido por funcionarios de la entidad, docentes y empresarios locales.
Aunque el ministerio aún no se recuperaba de esta sacudida, y las escuelas debían prepararse para el inicio del año lectivo 2008, Castro se dedicó a hacer política. Es que venía el congreso del PRD, y él aspiraba a la cuarta subsecretaría del CEN. La alcanzó, pero un día después del congreso, el 10 de marzo, se estrelló de frente con la realidad. Iniciaba el nuevo año escolar y los centros educativos no estaban listos, seguía el problema de la fibra de vidrio, hubo protestas, paralizaciones y faltaban docentes por nombrar.
No solo fue criticado por los dirigentes magisteriales. Perdió la confianza del presidente Martín Torrijos, quien le puso de supervisor al canciller Samuel Lewis Navarro para que inspeccionara las escuelas. La de Castro es una de las despedidas esperadas. El ministro de la Presidencia, Rubén Arosemena, también anunció a su partido que deja el cargo el 30 de abril. Se prevén además cambios en los ministerio de Desarrollo Social, Desarrollo Agropecua- rio, Vivienda y en el Ifarhu.
Problema de Estado
Esos son números que podrán asombrar a los organismos internacionales, pero acá sabemos que los muchachos siguen graduándose —después de 12 ó 14 años de estudios— sin haber leído un libro de tapa a tapa. Esa, seguirá siendo nuestra realidad, si no atendemos la deficiente calidad educación, como un problema de Estado.
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