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Moody’s elevó ayer la calificación de la deuda soberana de Panamá a ‘Baa’, el primer nivel del grado de inversión.
Con ello, las tres grandes calificadoras internacionales han situado a Panamá en esta categoría. Fitch Ratings y Standard & Poor’s lo hicieron en marzo y mayo, respectivamente.
La calificación constituye la opinión de estas agencias sobre la capacidad y disposición que tiene un país para pagar su deuda.
Las tres firmas han definido a Panamá como un buen pagador, lo que se traduce en una reducción de los intereses en los préstamos que adquiera el país, al producirse una mayor certeza de su pago. Supone, además, una mejora sustancial para la imagen del país.
“El impacto positivo de iniciativas fiscales recientemente implementadas, aunado a perspectivas de crecimiento económico sostenido, son el principal motivo del alza en la calificación”, indicó Alessandra Alecci, analista del riesgo soberano de Panamá de Moody’s.
La entidad prevé que la deuda panameña tendrá una “dinámica positiva” y estima que con el Canal ampliado mejorarán los ingresos del Estado, “reforzando las perspectivas crediticias de Panamá”.
Panamá se afianza como país con grado de inversión
roberto gonzález jiménezrgjimenez@prensa.com
La mejora de la calificación de la deuda soberana de Panamá por parte de Moody’s afianza al país como territorio con grado de inversión.
Moody’s también subió el techo país para bonos de Panamá a A2 de A3 y el techo país para depósitos a Baa1 de Baa2. En todos los casos la perspectiva es estable.
Panamá completa así un camino iniciado en marzo, cuando Fitch Ratings elevó la categoría de Panamá. En mayo hizo lo propio Standard & Poors.
Desde entonces, “el optimismo de los inversionistas, empresarios y comerciantes locales ha ido en aumento”, apuntó el ministro de Economía y Finanzas Alberto Vallarino, que no ocultó su satisfacción tras conocerse la noticia.
La consecución del grado de inversión supone, además, una inyección de credibilidad en la imagen exterior de Panamá, siendo por sí solo un imán para la atracción de nuevas inversiones.
En América Latina, solo Chile, México, Brasil, Perú y Panamá pueden incluir esta distinción en su hoja de vida.
La disciplina fiscal del país durante los últimos años ha sido una de las claves para el ascenso. “Actualmente, el déficit fiscal panameño ronda el 1% del producto interno bruto. Es interesante compararlo con países que gozan de grado de inversión en escalones superiores y que se encuentran con cifras de déficit fiscal en doble dígito”, apuntó Álvaro Naranjo, analista de Geneva Asset Managment.
Precisamente, Panamá recibe el grado de inversión en una coyuntura económica internacional protagonizada por las crisis de deuda y por rebajas en las calificaciones.
La expansión del Canal de Panamá y el plan de inversión en infraestructuras apoyarán el crecimiento económico, contribuyendo a una dinámica favorable de deuda, indicó Alessandra Alecci, analista del riesgo soberano de Panamá de Moody´s.
Para mantener el grado de inversión e intentar mejorar algún escalón en el futuro, Vallarino dice que el país debe cumplir con sus compromisos y proyecciones, tanto en lo fiscal como en lo económico, y reconoce que las calificadoras pondrán su atención en “el desempeño fiscal de este año, especialmente en cuanto a los ingresos tributarios, el plan de inversiones y el cumplimiento con la ley de responsabilidad social fiscal”.