Troncos y ramas de diferentes tamaños y gran cantidad de lodo se observaban ayer en la cuenca del río Chagres arriba.
Lodo y suciedad, producto de un alud de tierra provocado por las intensas lluvias que se han registrado en la cuenca del Canal en el último mes, terminó irremediablemente en el lago Alajuela, donde está la toma de agua cruda de la principal potabilizadora de la capital (Federico Guardia).
Un sobrevuelo en helicóptero permitió ver desde el aire el motivo de la crisis de agua que hay en la capital, y que aún no termina.
REDACCIÓN DE LA PRENSApanorama@prensa.com
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DESLAVES. Durante un recorrido aéreo se observaron los deslaves en la zona montañosa que rodea al río Chagres, que vierte sus aguas al lago Alajuela donde está la toma de la potabilizadora de Chilibre. En Altos de la Torre, en San Miguelito, mientras las personas se abastecían de cisternas, funcionarios del Idaan hacían análisis al agua cruda. LA PRENSA/David Mesa, Gabriel Rodríguez |
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El agua que sale de los grifos de las viviendas de casi un millón de personas de los distritos de Panamá y San miguelito, quienes se abastecen de la planta potabilizadora de Chilibre, no es apta para el consumo humano, advirtió ayer el ministro de Salud, Franklin Vergara.
Debido a los niveles de turbiedad se ha detectado que la cloración no tiene ninguna efectividad, señaló el funcionario mediante un comunicado.
Ante estos hechos, el titular de Salud pidió a la población que hierva el líquido hasta el punto de ebullición, luego se lo deje reposar unos minutos para después filtrarlo, ya sea con un filtro o con un trozo de tela blanca. Agregó que aunque los monitoreos que realiza el Minsa –seis al día– no han detectado bacterias en el agua, no se puede recomendar su consumo directo.
Reparación
A las 4:00 a.m. de ayer el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) terminó los trabajos de reparación de los dosificadores de la planta potabilizadora de Chilibre, pero hasta hoy se restablecerá el suministro en su totalidad.
Rodrigo Barragán, director de plantas potabilizadores del Idaan, explicó que instalaron dos dosificadores que les prestó la Autoridad del Canal de Panamá, y están por conectar el de la Autoridad de Agua de Costa Rica, que también es prestado (ver infografía).
Barragán informó que comenzaron a producir 110 millones de galones de agua potable, cantidad que producen desde el pasado mes de diciembre, cuando los grados de turbiedad obligaron a la entidad a reducir la cantidad de agua cruda que llega a la planta.
El funcionario explicó ayer que la turbiedad del lago Alajuela estaba en 174 unidades nefelométricas (mide los grados de turbidez). Lo ideal es 5 unidades.
En un sobrevuelo realizado ayer por este diario, se pudo ver los deslizamientos de tierra en las áreas de la cuenca del Chagres, uno de los afluentes que desemboca en el lago Alajuela, el cual abastece de agua cruda a la potabilizadora de Chilibre.
Usuarios afectados
Mientras la planta comenzaba a funcionar, temprano en la mañana, Maritza Ávila, administradora de una fonda y lava autos en la entrada de La Cabima, corregimiento de Las Cumbres, limpiaba un pescado para empezar a cocinar y aprovechar la poca agua que le estaba llegando.
Como el agua estaba turbia tuvo que hervirla para poder empezar sus labores en la cocina.
Se quejó de las pérdidas. En este local ella debe pagar 600 dólares de alquiler por mes y “aún no tenemos el dinero recaudado, pese a que acaba de pasar el mes de diciembre”, explicó.
Resulta que el lava auto, que supuestamente es 24 horas, solamente funciona dos o tres horas por día.
En tanto, hay panaderías y cadenas de restaurantes de las áreas de Alcalde Díaz y Las Cumbres que funcionan con tanques de reserva.
Dionildo Ortega, gerente de un restaurante del área, señaló que ellos tienen un tanque de 250 galones para pasar el día, pero hay que clausurar los baños.
Desesperación
En las zonas altas del distrito de San Miguelito los residentes estaban desesperados. Comunidades como Altos de la Torre, La Paz sector No.1 y No.2, El Futuro No.1 y No.2, Altos del Cristo Redentor, Paraíso y Tinajitas, se vieron afectados por desabastecimiento de agua desde la mañana del pasado lunes.
En Altos de la Torre, donde el suministro de agua no es constante en situaciones normales, sus residentes hacen largas filas cuando llega el camión cisterna.
Allí, la gente sale de las diferentes veredas. Niños, adultos y ancianos llevan ollas, botellas, galones, tanques y cualquier otro recipiente que sirva para recoger el líquido.
De una de las veredas más empinadas sale Olga Marín, una joven que está a punto de dar a luz. Ella arrastra, poco a poco, un tanque azul de 60 galones de agua. Abajo, en la vereda principal, ya había más de 200 tanques a la espera de ser llenados. Para terminar de subir el tanque, la joven pidió ayuda a un chico del barrio que le cobró 2.00 dólares.
El conductor del cisterna (que prefirió no dar su nombre) empieza a hacer su trabajo, pero es un hombre –en ropa interior– quien toma la manguera y llena primero los cuatro tanques de 60 galones de su propiedad para luego continuar con los más cercanos.
Vilma Brand aprovecha para quejarse de que tiene ocho días de estar sin agua; mientras ordena a sus hijos que llenen unas vasijas. Acabado el trabajo, los menores suben una escalera de 50 peldaños.
Las mujeres empiezan a desesperarse y piden a los hombres que llenen rápido lo galones... antes de que se acabe el agua.
Luego, en El Futuro No.1 y No.2 los residentes rodearon el carro cisterna. Erick Tuñón cuenta que desde el pasado 18 de diciembre no tiene agua. Una indígena con un bebé de un mes de nacido se queja de que todos los pañales están sucios. 20 minutos después, el conductor del camión grita: “¡el agua se acabó!
Más de la mitad de los moradores se quedaron sin agua.
En el este
A Carlos Marriot no le sorprende la falta de agua potable –dice que por Altos de Las Acacias nunca hay, ni los fines de semana ni los días feriados–, pero sí le incomoda el color que tiene en los últimos días. “Mire cómo está saliendo eso del grifo”, cuenta, mientras señala los tres tambuchos que llenó en la madrugada, llenos de un líquido color miel.
En el Centro Infantil El Lucerito, también en Altos de Las Acacias, las maestras trabajan muy medidas. “Tenemos tanque de reserva y hoy se llenó en la madrugada, pero a las 7:00 a.m. se fue”, explica la maestra Hernández, directora del lugar. Con el agua de reserva mantienen la guardería y a los niños limpios, “y los papás nos están ayudando: traen a los niños bañados, y botellas de agua para tomar”.
Un poco más allá del aeropuerto de Tocumen, en La Alborada, el escenario no es distinto. Nora Mendoza cuenta que todo el lunes la pasó sin agua y no fue sino hasta ayer, a las 11:00 a.m., cuando empezó a llegar. “Los que no tenemos para comprar [agua], ¿qué hacemos?", pregunta, mientras detalla que tuvo que bañarse apenas con dos litros.
En Cerro Viento, por su parte, los vecinos dicen que el agua empezó a llegar hacia las 10:00 p.m. del lunes, aunque con baja presión y sucia.
Para esas horas, los supermercados y tiendas cercanas habían vendido toda el agua que tenían, y los más demorados empezaban a ver como opción el té frío o el agua de pipa.
Mientras, en un lava autos de Brisas del Golf, un trabajador presiona la pistola de la manguera y sale un chorro inmenso de agua. Ya casi termina la limpieza de un lustroso sedán.
(Con información de Urania Cecilia Molina, Aleida Samaniego, Yaritza Mojica y Ana Teresa Benjamín)
Situación del Alajuela es por lluvia
Las características más notables de los 57 kilómetros cuadrados del lago Alajuela –después de las lluvias del 7 de diciembre– son turbiedad y troncos por doquier, los que fueron arrastrados por un alud de tierra, según un informe de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam). Irvin Santos, administrador encargado de la Anam, dijo que esta situación se debe a las fuertes lluvias. “No tiene nada que ver con deforestación”, dijo.
Las lluvias arrastraron tanto sedimento al lago, que se han formado islas de tierra y cientos de troncos y ramas flotan sobre el agua, explicó Santos. Agregó que la remoción de los árboles se debe coordinar con la Autoridad del Canal de Panamá en los próximos días. El punto de vista de Santos fue compartido por Manuel González Ruiz, director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, quien indicó que en un sobrevuelo realizado por el área no se halló evidencia de tala. El lago es un área protegida, ya que forma parte del Parque Nacional Chagres.
ALEIDA SAMANIEGO C.