REDACCIÓN DE LA PRENSA
“Puedo decirle categóricamente que ni yo ni nadie en el Gobierno ha recibido ni un centavo de la empresa Svermark”.
Así se expresó ayer el presidente, Ricardo Martinelli, desde el Palacio de las Garzas, enfrentando por primera vez, cara a cara, a la Nación, tres días después de que se conocieran las noticias provenientes de Italia que lo vinculan en un caso de corrupción internacional.
Martinelli añadió que no tenía nada que ocultar y que “todas las puertas están abiertas para el que quiera investigar”.
Según el mandatario, las noticias aparecidas en importantes medios de todo el mundo y que lo relacionan con las investigaciones que la Fiscalía de Nápoles le sigue a Valter Lavítola, constituyen un “rebote”.
Respecto a Lavítola, Martinelli lo volvió a calificar como una “persona instrumental” para Panamá, a quien el país le debe el tratado para evitar la doble tributación con Italia y seis patrulleras, entre otras cosas.
Al ser interrogado sobre Karen De Gracia –la presidenta de la sociedad Agafia Corp. que mantuvo un contrato de “promoción de ventas” con Selex, la empresa italiana que vendió 19 radares a Panamá–, el Presidente dijo que la conocía y que ella tenía una hija de Lavítola.
El mandatario aseguró que todo se debe a que “ya empezó la política”, responsabilizando a la oposición de una campaña en su contra.
Martinelli, que lució sereno al principio de su comparecencia ante los medios, emprendió un ataque contra el periodista de Medcom Hugo Famanía en el período de preguntas, llegando incluso a aludir a problemas de adición que en el pasado tuviese el presentador de televisión que lo interrogaba.
Sobre los correos electrónicos divulgados ayer por TVN, en los que aparece su hijo Ricardo como parte de las negociaciones con empresas italianas, el mandatario comentó que “cualquiera puede hacer un mail”, pero que los había revisado y que “no había nada pecaminoso”.
(Con información de José Otero, Santiago Cumbrera, Ereida Prieto, Lina Vega e Irene Hernández)