YOLANDA SANDOVAL
ysandoval@prensa.com
Las cifras récord son sinónimo de alegría. Implican que las metas se alcanzaron, que al negocio le fue bien y que los ejecutivos cumplieron su tarea. Pero al mismo tiempo llevan implícita la presión de mantener los mismos niveles de crecimiento o, más fuerte aún, mejorarlos.
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DESACELERACIÓN. Los depósitos locales crecieron, pero a menor ritmo.LA PRENSA/David Mesa
Es la primera vez que la utilidad neta acumulada del conjunto de los bancos que operan en el centro financiero rebasa los mil millones de dólares.
Pero la probabilidad de repetir el acto histórico de 2008 es remota, debido al impacto de la recesión mundial y la desaceleración local.
Este pronóstico, en el contexto actual, no sugiere que los bancos no cumplirán sus metas. Más que nada, habla de un cambio de objetivos.
Será importante obtener ganancias, pero más que preocuparse con un nuevo récord, se impone el tema de mantener la solidez del sistema.
2009 será un año de consolidación más que de crecimiento, por lo tanto nadie debería esperar un alza en las utilidades, máxime cuando se estima que el ritmo de colocación de crédito, que es uno de los negocios más importantes de la banca, crecerá menos.
El ambiente de precaución y cautela seguirá imperando, sacrificando retornos por tranquilidad y procurando fortalecer la liquidez. Esta es una de las reflexiones a la que llegan banqueros y analistas.
Los bancos parecen haber cerrado filas.
En general impulsan medidas como restricciones crediticias, políticas conservadoras y la recomposición de portafolios de crédito de sectores de mayor riesgo, como construcción, inmobiliario, y de consumo, hacia sectores de menor riesgo, como los corporativos.
En 2007 los depósitos locales crecieron 19.4% pero la tasa de crecimiento bajó a 14.3% en 2008.
Si esta tendencia persiste de forma marcada, se produciría un menor desempeño en el margen neto de interés.
Y a raíz de menores desembolsos de préstamos, se verá un menor nivel de comisiones netas y de otros ingresos, que fueron segmentos que hicieron la diferencia en 2008, estima Darío Berbey, vicepresidente de Global Bank.
Berbey cree que es posible que a raíz de la desaceleración económica algunas carteras sufran deterioros y se tengan que crear mayores reservas para provisiones de préstamos malos.
Por ello no es extraño que la calificadora de riesgo Equilibrium proyecte que difícilmente la banca repetirá en 2009 la utilidad neta obtenida en 2008.
El año pasado no fue récord solamente en utilidad, también lo fue en tasa de crecimiento de créditos y en índice de eficiencia operacional. “Y estos indicadores serán menos favorables este año”, precisó la calificadora.
Con el ojo en el patrimonio
Jaime Gamboa, gerente de Banvivienda, cree que ante una situación clara de no crecimiento de las utilidades y de posibles deterioros en la calidad de los activos, lo prudente y sensato es que las ganancias ya obtenidas se mantengan mayoritariamente en el patrimonio de los bancos.
Ernesto Bazán, de Equilibrium, precisa que la rentabilidad ayuda a mejorar el patrimonio y éste permite a un banco estar mejor posicionado para afrontar pérdidas inesperadas como deterioros de cartera no previstos o desvalorización de inversiones.
Sin embargo, recalca, en abril del 2009 entrará en vigencia una nueva disposición de la Superintendencia de Bancos (Acuerdo 5-2008) que en la práctica implicará mayor requerimiento de capital para el sistema bancario, puesto que aumentará la ponderación a los activos de mayor riesgo.
Esta disposición regulatoria es sana y prudencial; no obstante, el índice de adecuación de capital que actualmente está en 14% (el mínimo es 8%) se podría ver afectado.
Entonces, será importante mantener la fortaleza patrimonial, ya que esta permite administrar con tranquilidad los nuevos escenarios.
A juicio de Gamboa, a nivel de las mejores prácticas de supervisión bancaria, lo que se hace es manejar un esquema de provisiones contracíclicas.
Esto significa que cuando las cosas están bien se hacen reservas en exceso para cuando el escenario no sea el óptimo.
“En mi opinión, la liquidez es lo que manda y a niveles de inversión deberían [los bancos] concentrarse en deuda soberana de la República de Panamá, manteniendo duraciones cortas y porciones estructurales contabilizadas al vencimiento, a fin de minimizar la exposición a riesgo de mercado”, estima el ejecutivo.
Inversiones a la vista
Y hablando de los pasos de inversiones que podrían dominar a la banca, Carlos Araúz, vicepresidente de banca privada, personal y de negocios de Towerbank, prevé que las políticas de inversión del centro bancario seguirán marcando una tendencia hacia la concentración en efectivo y sus equivalentes.
Emisiones nuevas que pretendan fortalecer los estados de situación de instituciones financieras no son descartables, bonos locales podrían ser una opción por el componente de cupón de renta fija que se generan.
Sin embargo, Araúz menciona que la tendencia en el mundo financiero internacional ha sido el “desapalancamiento” de los bancos, es decir, su reducción en deuda general y en tamaño de activos.
En su análisis recalca que todos los modelos de generación de negocios, de atención y operativos serán puestos a pruebas severamente en los próximos meses y años, para todos los bancos, independientemente de su posicionamiento estratégico, nicho al que atienden o pretenden servir.
Berbey cree que hay buenas oportunidades en renta fija, buscando industrias que no sean tan volátiles y emisores de calidad.
Los bonos globales panameños ofrecen una buena oportunidad al inversionista, pues los spreads de los mismos están entre 400 y 500 puntos básicos sobre los bonos del tesoro de Estados Unidos, cuando históricamente han estado entre 170 y 200 básicos.
Bazán cree que una forma de mejorar el fondeo de largo plazo es precisamente a través de emisiones de bonos.
Ya hay varios bancos de la plaza que han anunciado sus planes de colocar instrumentos en el mercado de capitales panameño. Tal es el caso de BICSA, Banco General y BBVA.
Con esto se puede conseguir fondeo de mayor plazo para mejorar lo que los financistas llaman “el calce de plazos” y también diversificar las fuentes de fondeo.
Un banco con mejor “calce de plazos” tiene un menor requerimiento de liquidez, que es el principal reto para 2009, de acuerdo con Equilibrium.
Algo que también han hecho varios bancos para sentirse cómodos con su liquidez es tener a disposición líneas de crédito de multinacionales.
Global Bank, por ejemplo, ha logrado acceso a fondos a largo plazo a través del Banco Interamericano de Desarrollo, y conversa con el IFC y otras instituciones, con el objetivo de mantener la oferta de crédito.
Estos organismos están desempeñando un rol importante en estos momentos en que la banca comercial en el mundo ha sido afectado y se ha secado la liquidez.
Dichas instituciones apoyan el desarrollo del comercio internacional y proveen fondos para que se otorguen préstamos hipotecarios a sectores como la clase media y baja en los distintos países y al sector de las pequeña y mediana empresa.
“Nosotros también hemos logrado acceso a fondos a largo plazo a través del Banco Nacional para continuar financiando la compra de viviendas de la clase media principalmente, para otorgar préstamos de consumo a mediano plazo o para financiamiento de activos fijos o proyectos a largo plazo”, dice el vicepresidente de Global Bank, refieriéndose a los planes del banco.
“Somos uno de los bancos más activos como emisores en la bolsa local, y, aunque hay menos apetito por papeles a largo plazo, no hemos cejado en nuestros esfuerzos por colocar bonos y acciones preferidas. Estos nos ayudan a administrar el calce de activos y pasivos en forma adecuada y aumentar los niveles de adecuación de capital”, afirma.
A controlar morosidad
Pero, además de la liquidez, otro de los puntos vitales para la banca será mantener la morosidad bajo control.
Aunque las estadísticas de la Superintendencia de Bancos no muestran indicadores dramáticos, sí se observa una tendencia creciente en la morosidad que, de mantenerse, afectaría los resultados de los bancos para este año, porque deberán hacer provisiones mayores para hacerle frente al deterioro de cartera. (ver gráfica: Calidad crediticia y provisiones).
Esta tendencia se hizo visible en el segundo semestre de 2008. A junio del año pasado la cartera vencida y morosa representó el 2.4% de la cartera crediticia, aumentando a 2.7% en septiembre y a 3.4% a diciembre.
Asimismo, las provisiones han bajado su cobertura ya que representaban el 69.2% de la cartera vencida y morosa a diciembre de 2006, disminuyendo a 63.3% a finales de 2007 y 51.5% en 2008.
La tendencia en la morosidad se debe principalmente, de acuerdo con Bazán, a altos niveles de endeudamiento de los panameños que han afectado su capacidad de pago. Será importante que los bancos puedan tomar las acciones preventivas como: posiciones conservadoras (tanto en la admisión del crédito como en el refinanciamiento), medir la morosidad de créditos de consumo según el periodo en que se otorgaron, y mejorar las gestiones de cobro.
A pesar de tener algunos factores en contra, el país crecerá y el sistema bancario seguirá sano.
Ciertamente reflejará menos rentabilidad, pero los niveles, impredecibles aún, serán aceptables.
Felaban mide al sistema
Una encuesta divulgada la semana pasada por el Banco Interamericano de Desarrollo y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) determinó que la mayoría de banqueros en América Latina y el Caribe espera que la crisis en los mercados financieros tarde entre uno y tres años en superarse.
6 de cada 10 banqueros coincidieron en anticipar una escasez de financiamiento para sus instituciones, mientras que otros efectos esperados son: menores ingresos de remesas a la región y una disminución en las operaciones de comercio exterior.
El sondeo recabó las opiniones de más de 100 ejecutivos de bancos grandes, medianos y pequeños en 19 países latinoamericanos y caribeños a fines de 2008.
Ricardo Villela-Marino, presidente de Felaban, opinó que los bancos latinoamericanos están sólidos, solventes, líquidos, con baja morosidad, niveles de aprovisionamiento y adecuación de capital por encima de los niveles de los acuerdos de Basilea.
Los bancos han tenido distintas reacciones ante la crisis. Ha predominado el fortalecimiento de liquidez y capitalización, para incrementar su participación de mercado, pero con criterios más selectivos para otorgar créditos.