Comunicado de prensa
Alexandre Borges Guimaraes
Guimaraes desmiente destitución
Cláusula del contrato estipulaba fin del contrato al perder clasificación a Mundial.
Pese a que la Federación de Fútbol de Panamá anunció este martes la destitución del técnico Alexandre Borges Guimaraes, el entrenador del equipo panameño desmintió que su salida obedezca a una destitución.
“Mi salida del equipo de Panamá es el resultado de una cláusula prevista en mi contrato laboral, la cual estipula el fin de la relación laboral una vez que el equipo panameño quedara eliminado de la fase clasificatoria para el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010”, explicó Guimaraes.
El técnico recibió con sorpresa el comunicado emitido por la Federación Panameña de Fútbol en el que anunciaba su destitución, pues precisamente, la cláusula del artículo undécimo, inciso d, especifica la terminación del contrato “…al quedar la Selección Mayor de Panamá eliminada o sin posibilidades matemáticas de clasificación, en cualquiera de las fases de la eliminatoria de la CONCACAF para la Copa del Mundo Sudáfrica 2010”, según reza literalmente el documento legal.
“La noticia me sorprendió pues desde el lunes, a mi regreso a Panamá, les comenté a todos los periodistas que al no haber conseguido el resultado de la clasificación, mi salida del equipo nacional era inmediata. De hecho, hasta les dije que regresaría a Panamá a agradecer la oportunidad brindada y estrechar la mano del Presidente de la Federación, para luego cada uno seguir por su lado”, agregó el entrenador.
Para Guimaraes, el comunicado de la Federación Panameña le resultaba extraño en momentos en que las partes estaban claras que la relación laboral llegó a su fin el domingo después de que Panamá perdió el partido frente a El Salvador.
Finalmente, Guimaraes señaló que en ningún momento ha recibido la carta que según el Presidente del fútbol panameño, Ariel Alvarado, le hizo llegar, y le sorprendió leer ese comunicado en la página de la Federación.
Ver para creerAlexandre Borges Guimaraes
En mi vida he visto muchos partidos de futbol, jugado más de 500 y dirigido en clubes y selecciones nacionales más de esa cantidad; pero nunca viví o presencié algo parecido a lo sucedido el domingo 22 de junio en el Estadio Cuscatlán de San Salvador en el partido difinitorio de El Salvador contra Panamá.
Hay victorias que te marcan un camino y derrotas incomprensibles que te destrozan el corazón.
Aún en estado de “shock”, repaso mentalmente mil veces, o lo que pueda parecerse después de una larga noche de insomnio, las acciones de ese cotejo, y, solo atino a decir: “Son cosas del futbol”.
Si hubo una serie entrenada, planificada, estudiada por el cuerpo técnico de Panamá, fue esta contra El Salvador.
Seguimiento y reclutamiento de jugadores locales y los que juegan en el extranjero. Escauteo y análisis del rival en partidos oficiales y amistosos. Una gira de tres partidos frente a Guatemala, Canadá y Chile donde ensayamos con buen éxito modelos de juego para ejecutarlos en los dos juegos contra El Salvador.
Todo ese trabajo nos permitió una victoria en casa, sin recibir goles, ventaja de un gol durante los primeros 60 minutos del segundo encuentro y luego una historia que me dejó como les dije roto el corazón.
Vino el 1 a 1 y con ello la parálisis total en el terreno de juego. Nos faltó esa fibra competitiva que te hace decir en la cancha: “Ya no más”. No tuvimos ese corazón de campeón. De ganadores.
El desenlace es solo anecdótico: penal inexistente, tarjeta roja inexplicable, inferioridad numérica y gol de la muerte por un desvío accidental de un jugador salvadoreño que se protege para que el balón no lo golpee, desviando la trayectoria del remate y dejar tendido a nuestro portero.
He tenido momentos dulces y amargos en esta profesión. Primero como jugador y desde hace u
n buen tiempo como entrenador, sin embargo, por todo lo que me involucré con la mayoría de jugadores, la marea roja y los dirigentes de Panamá, este, indudablemente, ha sido el sinsabor más grande en mi trayectoria deportiva.
Pasó cuando menos lo esperaba y donde menos lo quería.
“Así es el futbol”, se acostumbra decir cuando no encuentras palabras o razones. Por supuesto podría enumerar una serie de excusas, pero no acostumbro a usarlas para justificar derrotas o explicar lo impensable. Sin embargo sigue siendo un juego y como tal, como la vida, imprevisible.