El 19 de Noviembre del 2009 un artículo publicado en el Financial Times de Londres puso del conocimiento un hecho notorio. El gobierno de Madagascar había otorgado a una empresa coreana (Daewoo Logistics) por 99 años la mitad de todas las tierras cultivables del país. En tamaño el equivalente a un millón trescientas mil hectáreas o algo similar a la mitad de Bélgica.El interés coreano era catalogado como un mega proyecto donde se invertirían seis mil millones de dólares en 25 años y generaría 70,000 nuevos empleos que se contratarían desde la República de Africa del Sur. Madagascar por si no lo conocen es la cuarta isla más grande del mundo y está ubicada en el océano indico y forma parte del continente africano.
Lo irónico de este magno proyecto es que de esta cesión de tierras cultivables, un millón de hectáreas serían para sembrar maíz y trescientas mil hectáreas para sembrar palma aceitera para la exportación a Corea. Para un país donde la mayoría de la población vive por debajo de un dólar al día y la mitad de la población infantil menor de cinco años vive malnutrida el anunció le sonó al mundo como un acto suicida pero a su Presidente Marc Ravalomanana, una excelente oportunidad de negocios para el país.
Para los ejecutivos coreanos de la Daewoo Logistics, la adquisición tenía sus explicaciones, eran tierras no desarrolladas que han permanecido sin cultivar. El hecho de que la isla de Madagascar es la sede de más de doce mil especies de plantas y donde el 80 por ciento de su flora y fauna es endémica (solo existen en ese lugar) no le decía absolutamente nada. Cultivar tierras para la explotación de granos es un buen negocio para cualquier inversionistas u empresario. Lo ilógico era que el Presidente de Madagascar lo aplaudía y sancionaba.
Hasta que el pueblo se levantó y le costó el cargo al Presidente en una revuelta con más de ciento treinta y cinco muertos. Jacques Diouf, Jefe de la FAO en su momento acusó estos planes de algunos países como un sistema neo colonialista. En Diciembre del 2008 justo unos días después del importante anunció sobre la transacción de tierras, Ravalomananana se compró un avión jet de 70 millones de dólares que justificó para conseguir más ayuda externa y promover al país para la inversión extranjera.
Ravalomanana también creyó como exitoso empresario y dueño del conglomerado local mas grande (monopolio de productos lácteos y de petróleo) que su país estaba abierto a los negocios. Ravalomananana reside hoy exiliado en Africa del Sur y el nuevo gobierno canceló todos los contratos relacionados con la venta de la isla. El sábado pasado pretendió regresar a su país y se le negó la tarjeta de abordaje por instrucciones de las autoridades aeronáuticas de Madagascar por ser declarado non-grato.