ZORAIDA CHONGzchong@prensa.com “Las ciudades concentran pobreza, pero también representan la mejor esperanza de escapar de ella”.
Así lo anunciaba el informe Estado de la población mundial 2007, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), y lo confirma ahora el Informe sobre el desarrollo mundial 2009, del Banco Mundial (BM).
“Hoy en día, en ciertos lugares como las favelas de Río [de Janeiro, en Brasil], la vida puede ser peligrosa y difícil. [No obstante] Aunque son prácticamente invisibles desde afuera, en su interior operan decenas de pequeñas empresas”, indica el comunicado de prensa sobre la publicación.
Y es que el estudio, titulado “Una nueva geografía económica”, sugiere que la lucha contra la pobreza es más efectiva cuando crecen las ciudades –en densidad de población–, se fomenta la migración y se “flexibilizan” las fronteras económicas.
El arquitecto Rodrigo Mejía Andrión explica que la concentración de población permite recibir “los servicios de la civilización, ya sean públicos o privados”.
Añade que en Panamá, los problemas de la dispersión de habitantes se pueden observar en áreas rurales, donde los niños deben caminar horas para llegar a la escuela, en muchos casos cruzando ríos y quebradas.
“Igual sucede con los enfermos, que los cargan en una manta por horas para llevarlos a un hospital”.
Para Mejía Andrión, el problema en Panamá no se limita a áreas rurales del interior: “En la ciudad de Panamá estamos llevando gente a vivir a Pacora y Chepo, alejándolos cada vez más de la ciudad. Debemos densificar mucho más la ciudad y así hacer más económico el deber de dotarlos de agua, carreteras, servicios de salud, vigilancia, etc.”.
Este último punto sobre la provisión de servicios e infraestructuras también es abordado por el estudio del Banco Mundial.
Indica que lejos de impedir las migraciones, los gobiernos deben anticiparse a las necesidades de las nuevas comunidades para planificar adecuadamente la creación de espacios públicos, vialidades, acueductos, etc.
El Estado de la población mundial 2007 también hacía referencia a este aspecto, advirtiendo que el reto sería explotar las posibilidades del crecimiento urbano en la reducción de la pobreza.
Y es que, si bien es cierto que la creciente migración hacia las ciudades genera cinturones de pobreza alrededor de ellas, también es inevitable.
En julio de 2007, UNFPA publicó que, por primera vez en la historia, en el mundo vivían más personas en ciudades que en áreas rurales.
En Panamá esa proporción fue superada antes: Para el año 2000, las áreas urbanas concentraban el 62% de la población y, según las proyecciones de la Contraloría General de la República, la población urbana, a julio de 2006, sería del 64%.
MOVIMIENTO HACIA EL PROGRESO
“Los países no prosperan si no hay movilidad”, indica el comunicado sobre el estudio del Banco Mundial, que añade que el flujo de personas hacia determinados lugares puede ser “el mejor indicador de su potencial económico”.
Como ejemplo, el estudio se refiere al caso de Cantón, una ciudad al sur de China, y Shanghai, la más poblada de ese país. Ambas son centros urbanos que han acogido a millones de inmigrantes de poblaciones más pobres, y con ello han contribuido significativamente a la lucha contra la pobreza.
FLEXIBILIZAR FRONTERAS
Incentivar la migración hacia las zonas urbanas y proveer de infraestructuras básicas no es suficiente para alcanzar el desarrollo. El informe del BM también indica que las estrategias más eficaces para promover el crecimiento a largo plazo, son las que facilitan la integración económica dentro del país y entre naciones.
Irene Giménez, economista de la consultora Goethals Consulting, explica que mientras América Latina, guiada por las propuestas teóricas del economista de la Comisión Económica para América Latina, Raúl Prebish, aplicó durante décadas políticas proteccionistas de todo tipo con ánimo de conseguir autonomía en la producción, los países asiáticos hicieron lo contrario. Hoy representan las economías más pujantes del orbe.
“Ha quedado demostrado que la teoría del comercio internacional es la que sacará al mundo de la pobreza, por eso es entendible que los informes como el mencionado comiencen a girar nuevamente hacia postulados de libre comercio, que obviamente conlleva apertura geográfica, reducción impositiva y reglas de juego claras”, señala.
Finalmente, el documento del BM deja claro que la prosperidad no llega a todos los lugares a la vez, pero defiende que, con políticas acertadas, se puede apoyar un desarrollo incluyente, promoviendo una mayor aproximación, en términos económicos, entre los lugares avanzados y rezagados.
“La mejor manera de conseguir esta integración es abrir las puertas a las fuerzas de mercado de la aglomeración, la migración y la especialización, en vez de combatirlas u oponerse a ellas”, se lee en el informe.
LA IMPORTANCIA DE LOS NEGOCIOS
Para Francisco Sabatini, profesor titular del Instituto de Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, las ciudades ofrecen a la región su mejor oportunidad de desarrollo económico y social. Esto lo afirma en el informe La segregación social del espacio en las ciudades de América Latina, en el que asegura que para potenciar las oportunidades, hay que mejorar la competitividad económica en mercados locales y globales.
En este sentido, el índice Doing Business 2009 del Banco Mundial, que mide la facilidad para abrir, operar y cerrar negocios, comerciar con el exterior y pagar impuestos en 181 países, ubica a Panamá en el lugar 81. El país donde es más fácil hacer negocios es Singapur, y el último de la lista es la República Democrática del Congo.
En América Latina y el Caribe, Panamá ocupa el puesto 16, mientras los tres primeros lugares son para Santa Lucía, Puerto Rico y Chile, respectivamente.