Juan Carlos Cachanosky
negocios@prensa.com
OPINIÓN. La economía panameña siempre estuvo dolarizada, pero el resto de los países de Latinoamérica cuentan con sus propias monedas emitidas por sus propios bancos centrales. Esto ha llevado a muchos de los países de la región a altísimas tasas de inflación.
Los récords los tienen Argentina y Brasil, pero Chile, Bolivia, México, etc. han pasado por procesos hiperinflacionarios de gran importancia. La inflación se produce básicamente cuando los Gobiernos de los países tienen déficits en sus cuentas y los financian imprimiendo billetes. Cuando varios de estos países entraron en crisis muy graves debido a los procesos inflacionarios pensaron que dolarizando o en otros casos con un sistema de convertibilidad se solucionaba el problema.
Esta es una verdad a medias. Una economía dolarizada que no ha resuelto el tema del déficit fiscal solamente está postergando el problema y acumulando presión para futuras devaluaciones o violaciones a la propiedad privada. La experiencia muestra que las dolarizaciones y los sistemas de convertibilidad desaceleran las inflaciones pero no las eliminan si los Gobiernos continúan teniendo un déficit fiscal. Uno de los casos más claros fue el de Argentina.
A pesar de las privatizaciones, el gasto público creció muy fuertemente obligando al Gobierno a incrementar su deuda externa de 60 mil millones de dólares a 120 mil millones de dólares, es decir, se duplicó. Cuando el Gobierno ingresa los dólares de la deuda al país el banco central se ve obligado a comprarlos para evitar que su precio baje. Un sistema de convertibilidad significa que la moneda nacional se cambia por el dólar en una relación fija, que en el caso de Argentina era un peso igual a un dólar. Si el tipo de cambio es libre e ingresan dólares al país el precio del dólar tiende a bajar. Para que esto no ocurra y se mantenga el tipo de cambio fijo, el banco central tiene que comprar los dólares que sobre de manera que la mayor oferta de dólares se vea compensada por una mayor demanda de dólares. Cuando el banco central compra los dólares tiene que imprimir moneda provocando inflación. La convertibilidad requiere de un tipo de cambio fijo.
En consecuencia el déficit fiscal termina provocando también una expansión monetaria inflacionaria. Todos los precios suben excepto el del dólar que se mantiene fijo. El país se vuelve caro en dólares, se genera un déficit comercial "artificialmente" provocado por el déficit fiscal. Tarde o temprano, cuando la deuda crece a mayor velocidad que los ingresos, llega el momento del default, tanto para los privados como para el Gobierno. Lamentablemente en el caso de Argentina se ha culpado a la convertibilidad y a las privatizaciones, y no al endeudamiento público, de la crisis de 2001. Esta errónea interpretación de la causa de la crisis está provocando una vuelta a las políticas de empobrecimiento general, como controles de precios, cuotas de exportaciones e importaciones, restricciones al uso de la propiedad privada, etc.
Las malas interpretaciones de por qué ocurren las cosas en economía son un verdadero problema para poner a las economías en un sendero de crecimiento sostenido. Las "ideologías" suelen ser muy contradictorias en análisis no sólo de la economía sino también en el terreno político, por ejemplo cuando se habla del "dictador" Augusto Pinochet y del "presidente" Fidel Castro. Estos temas parecen no tener consistencia lógica y hace difícil las interpretaciones claras de los acontecimientos económicos.
El autor es economista.
No comments:
Post a Comment