BRUSELAS, Bélgica (EFE). -El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, destacó hoy la gravedad de la crisis que atraviesa la economía de la zona del euro, que no volverá a crecer hasta el año que viene, pero dejó claro que la situación no se va a complicar con un fenómeno de deflación.
En una comparecencia ante el Parlamento Europeo, Trichet incidió en que 2009 será un año de "profunda desaceleración y gran dificultad" y vaticinó que la zona del euro, igual que la economía global, no retomará la senda de crecimiento hasta 2010.
Advirtió, además, de que estas previsiones están rodeadas de extraordinaria incertidumbre y subrayó que los riesgos para el crecimiento son a la baja.
De lo que sí se mostró totalmente convencido es de que la actual tendencia de moderación de la inflación no terminará en deflación, que tiene lugar cuando un amplio surtido de precios cae de manera sostenida y las bajadas se van retroalimentando.
"Actualmente no hay amenaza de deflación", reseñó el presidente del BCE.
Trichet distinguió entre deflación y "desinflación", que es lo que está teniendo lugar en la zona del euro, al disminuir el ritmo de aumento de los precios como consecuencia, principalmente, del abaratamiento del petróleo y otras materias primas.
"Se trata de una evolución positiva", recalcó el presidente de la autoridad monetaria, ya que conlleva una mejora del poder adquisitivo de los ciudadanos.
Según el economista francés, a medio plazo, la inflación se mantendrá en línea con la definición de estabilidad de precios (por debajo del 2%, pero próxima a esa cifra). Al cierre de 2008, la inflación en los países de la moneda única se situó en el 1.6%.
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