BETTY BRANNAN JAÉN
Corresponsal en Washington
Laprensadc@aol.com
Los buhoneros hicieron una millonada vendiendo camisetas y suéteres que decían, “Yo fui testigo de la historia –la inauguración presidencial de Barack Obama”. Y es que las miles de personas que hicieron fila desde las 4:00 de la mañana bajo un intenso frío querían irse con algún recordatorio imborrable del evento.
Susana Berger, una joven que logró estar a unos 200 metros de la tarima, señaló que el gentío pasó el tiempo haciendo cantaletas de “Obama, Obama” y abucheando a los ex presidentes Bush padre e hijo.
“¿Por qué abuchearon a Bush padre?", pregunté. La respuesta no se hizo esperar: “Por ser padre de Bush hijo”, respondió la joven.
Más allá de los presentes en el acto, el resto del país se paralizó para ver por televisión la juramentación de Obama. Una gran mayoría se reunió en teatros, bares o casas particulares para compartir el momento. Incluso los republicanos admiten que esta inauguración presidencial representa un avance impactante por ser el primer Presidente negro de Estados Unidos, y quizás algo más que eso, por tratarse de un hombre talentoso que inspira optimismo.
Como era de esperarse, el evento fue particularmente emocionante para la comunidad negra de Estados Unidos, que no hace mucho era blanco de una discriminación abierta en Washington. Fue en los años 60 –y Obama nació en 1961– que se eliminó en Washington la prohibición de que los negros pudieran comer en los mismos restaurantes que los blancos, vivir en los mismos barrios y enviar a sus hijos a las mismas escuelas. Ari Gejdenson, que estaba en la sección de invitados especiales, observó, igual que la joven Berger, que dentro de la concurrencia había un altísimo porcentaje de negros y que los ancianos fueron los que más se conmovieron durante la ceremonia. Muchos llevaron a sus hijos pequeños, y otros lloraron. Donde estaba Gedjenson, un hombre de raza negra se volteó y, emocionado, dijo “todos somos familia”.
A final, la joven Berger (voluntaria en la campaña de Obama) consideró que bien valió la pena presenciar su juramentación ayer, a pesar del frío y la larga espera de pie. “Uno no tiene con frecuencia la oportunidad de presenciar algo histórico”, dijo, seguramente expresando el sentir de todos los que allí estuvieron.
EU inicia nueva época; Obama es Presidente
SERVICIOS INTERNACIONALESWASHINGTON, EU
Barack Obama se convirtió ayer, martes, en el primer presidente negro de Estados Unidos e instó a los ciudadanos de su país a sumarse a una era de responsabilidad para reparar la economía de la nación y su imagen en el extranjero.
“A partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y comenzar de nuevo el trabajo de rehacer EU”, dijo Obama a un alegre mar de personas en su discurso inaugural, tras jurar en el cargo de presidente. Cientos de miles de personas desafiaban el frío para observarlo levantar una de sus manos y colocar la otra sobre la Biblia que usó Abraham Lincoln en 1861, para repetir la juramentación con la que se sucedió a George W. Bush.
Radiante, el nuevo Presidente recibió besos de su esposa, Michelle, y sus pequeñas hijas, Malia y Sasha, para luego voltear hacia la multitud. “¡Obama!, ¡Obama!”, vitoreó la multitud.
La asunción de Obama, de 47 años, estuvo llena de ceremonias y símbolos para los afroamericanos que sufrieron la esclavitud y posteriormente las políticas de segregación racial que los convirtieron en ciudadanos de segunda clase.
“No me importa de qué color es él”, dijo Garrell Winstead, un inversionista de bienes raíces de 67 años que viajó al mall desde Cincinnati, en Ohio, para ver el juramento de Obama. “Si la economía no mejora y si él no crea suficientes empleos, la paciencia se evaporará”, agregó.
Sombra
El Departamento de Seguridad Interior informó que las autoridades investigaban una potencial amenaza, de credibilidad incierta, en el marco del acto de juramentación.
Ya firmó
Una hora después de la juramentación, Obama firmó sus primeros documentos como el líder del país. El flamante Presidente rubricó la designación oficial de los miembros de su Gabinete. Todos ellos deberán ser confirmados oficialmente por el Senado. El acto estuvo impregnado por el buen humor al bromear sobre el hecho de que es zurdo.
George W. Bush sale de Washington
Sonriendo suavemente y con semblante calmado y relajado, el ahora ex presidente George W. Bush abandonó Washington DC en helicóptero junto con su mujer, Laura, rumbo a la base militar Andrews, desde donde partiría hacia su rancho en Texas.
El nuevo presidente, Barack Obama y la primera dama, Michelle, acompañaron a los Bush hasta el aparato y se despidieron con abrazos y besos. Luego, los Obama y el vicepresidente Joe Biden y su mujer, Jill, contemplaron desde las escalinatas del Capitolio la marcha del ex presidente que deja atrás ocho años de mandato con dos guerras sin resolver, en Irak y Afganistán, y la peor crisis económica después de la Gran Depresión.
Para Bush, que defiende su política argumentado que hizo lo que creyó “como correcto”, no fue un adiós dulce.
En el metro de Washington, inmerso en el ambiente festivo que vive la ciudad estos días, se podía escuchar ayer a gente cantar Good bye Bush, Good bye Bush.
El lunes, Bush recibió una agria despedida por parte de algunos manifestantes que, delante de la Casa Blanca, se dedicaron a lanzar zapatos a la residencia presidencial como forma de crítica a su gestión.
Un acto hecho en honor al ya histórico incidente en Bagdad en el que un periodista iraquí lanzó en una rueda de prensa sus zapatos, la peor humillación que se puede infligir a alguien según la cultura árabe.
Ayer, Bush fue recibido fríamente por parte de los dos millones de personas que no quisieron perderse la ceremonia.
De vuelta en su casa en Texas, Bush empezará una nueva vida dedicada a la fundación de su biblioteca y a escribir un libro.
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