Saturday, November 29, 2008

Castro le hace un guiño a EU


Silvia Ayuso y Gonzalo Espáriz

El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha vuelto a lanzar su oferta de diálogo a Washington, tras más de un año de silencio que coincidió con el punto álgido de la campaña electoral estadounidense y los comicios de los que salió victorioso el demócrata Barack Obama.

El medio elegido ha sido el actor estadounidense Sean Penn, a quien concedió una entrevista de siete horas en octubre y dada a conocer esta semana –aunque la isla no se ha hecho eco de ella hasta ahora– en la que Castro se pronunció a favor de conversar en un sitio “neutral” y priorizó el tema de “normalizar el comercio” con el vecino país del norte.

No es la primera vez que el menor de los Castro, al frente de Cuba desde que a finales de julio de 2006 su histórico hermano Fidel enfermara, se manifiesta a favor de hablar con Washington.

Lo hizo hasta en tres ocasiones, eso sí, proponiendo un diálogo entre “iguales” y solo después de la marcha de George W. Bush de la Casa Blanca.

Pero desde que asumió oficialmente la Presidencia cubana, en febrero, no había vuelto a hablar del tema. Más bien al contrario, pareció pasar a la defensiva: en su discurso de asunción, Castro dijo haber “tomado nota” de las “injerencistas” declaraciones de Washington reclamando una “transición” en la isla y, en julio, advirtió que Cuba no “descuidaría” su defensa ante Estados Unidos. Aun así, tal como admite Raúl Castro en la entrevista, siguió atentamente las posiciones de los dos candidatos estadounidenses.

Y es que la promesa de “cambio” que representa Obama también se extiende a la política estadounidense hacia Cuba. Además de manifestar su disposición a dialogar con Raúl Castro, en un emblemático discurso en Miami, ante la comunidad cubano estadounidense, el ahora presidente electo llamó a variar el rumbo, entre otras cosas levantando las restricciones al envío de remesas y los viajes a la isla, aunque insistió en que mantendrá el embargo.

En esa línea, el prestigioso think tank liberal de Washington Brookings Institution publicó esta semana un informe con recomendaciones “factibles” para Obama en su política hacia Latinoamérica, que incluyó “gestos” como sacar a Cuba de la lista de estados promotores del terrorismo, promover intercambios culturales y deportivos entre ambos países y reintegrar a Cuba en la comunidad internacional.

Al hilo de ello, la entrevista con Penn y su publicación cuando Obama aún no juró el cargo puede ser efectivamente vista como una nueva mano tendida al diálogo hacia Washington de parte de Castro, según Dan Erikson, experto en la isla del Diálogo Interamericano, otro think tank de Washington.

“Parece que Raúl Castro usa a Sean Penn como un vehículo para una vez más enfatizar su interés en mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”, afirmó a la agencia DPA Erikson, autor del libro The Cuba Wars sobre el conflicto entre ambos países.

La fecha elegida para esta renovada oferta de diálogo tampoco carece de significado, ya que no solo se produce antes de la asunción de Obama, en enero.

Castro se decidió a relanzar el ofrecimiento poco antes de que Cuba celebre su medio siglo de una revolución que precisamente llevó al acérrimo enfrentamiento con las diferentes administraciones estadounidenses, y en un marco en el que la isla ha diversificado sus alianzas internacionales, después de normalizar sus relaciones con México y la Unión Europea.

De hecho, aunque la versión impresa de la entrevista saldrá el 15 de diciembre, se publicó en internet la víspera de la primera visita a Cuba de un presidente ruso desde 2000, Dimitri Medvedev. “Parece que (Raúl Castro) está tratando de buscar otros puntos de apoyo e incluso reforzar su posición de contactos con Obama, decirle: mira, tengo relaciones con los rusos, con los chinos, con (el presidente brasileño) Lula, que me visitan, no vengo sin ningún tipo de elementos en la mano, no estoy tan aislado, vamos a negociar”, aventuró el economista disidente Óscar Espinosa a DPA.

Para el opositor, la oferta “demuestra una posición pragmática, inteligente, sabia de Raúl frente a la vieja línea agresiva de Fidel Castro, que está agotada”.

Sin embargo, aunque dijo no dudar de la “sinceridad” de la oferta, consideró que para que esta sea efectiva se necesitan “cambios internos” en la isla.

“Raúl Castro sabe que si quiere lograr algo (con EU) hay que moverse aquí, porque Obama no es que quiera o no quiera, es que no puede porque tiene el compromiso con el pueblo estadounidense que quiere también algunos cambios internos... debe tener algunos resultados para poder negociar”, indicó.

Una cuestión que podría ralentizar ese anhelado reencuentro, coincide Dan Erikson.

“El gobierno cubano está claramente más interesado en centrar la atención en el embargo, mientras Obama hizo hincapié en la democracia y los derechos humanos”, advirtió.

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