Saturday, April 12, 2008

Modelos para imitar

Rodrigo Mejía-Andrión
negocios@prensa.com

OPINIÓN. He leído con interés dos noticias que me han puesto a meditar sobre cómo, países con gente más responsable con su entorno y su planeta, atacan los problemas que todos confrontamos. En El Salvador, por ejemplo, los promotores y sus arquitectos, a diferencia de los panameños, sí están preocupados por controlar el excesivo calor que penetra a los edificios cuando se hacen las fachadas de puro vidrio. Siempre me interesó lo que pasa en este laborioso país, porque viví tres años allí, siendo un muchacho (un zipote peche) hice magníficos amigos, estuve en una tropa scout y mi jefe de patrulla era José Napoleón Duarte, a quien reencontré en 1967 como alcalde de San Salvador (dos veces, siendo oposición) después, en Panamá, como Presidente electo y luego como Presidente en ejercicio. En el artículo de Martes Financiero del 1 de abril, leí con satisfacción cómo el Grupo Q, que dirige el ex ministro de Obras Públicas José Ángel Quirós y los arquitectos Espitia-Barrachina, levantará dos torres para oficinas donde eliminarán un 96% de exposición al sol, lo que redundará en una notable economía de consumo de energía. En Panamá, país aún más caliente que El Salvador, trabajamos muy diferente, dejamos que por todas partes penetre el sol, lo que nos da el "calor" que se supone debemos evitar; utilizamos vidrio aun para partes de las fachadas, donde la vista del ocupante jamás se posará. Estas fachadas que llamamos "muro cortina" obligan a colocar interiormente cortinas, también totales, para defendernos un tanto del calor que penetra. Finalmente terminamos perdiendo la supuesta vista "espectacular" que nos prometieron, y ganamos una jugosa cuenta de energía por pagar.

El gobierno, que tiene programas para ahorro de energía, no toma acción en ese sentido. También leí con simpatía que en Castelbuono, Sicilia, han reemplazado los camiones para recoger basura, por "una flota" de burras (la hembra del burro), que no contamina, no atropella, no exige aumentos de sueldo y no deja chatarras al jubilarse. Resultado: gran apoyo de sus habitantes. No pienso proponer el mismo método para Panamá, pero si queremos tener una ciudad limpia, necesitaremos un alcalde que imite al de Curitiba, Brasil, con las siguientes medidas: multas para quienes tiren basura al suelo, previa campaña de educación; un plan municipal de reciclaje; no cobrar por basura que se lleve a depositar en Patacón; y comprar basura a quienes la lleven a puntos seleccionados.

Esta última medida, una singular idea del arquitecto Jaime Lerner, varias veces alcalde de Curitiba y luego gobernador, logró que los menesterosos limpiaran los recovecos de la ciudad, donde no era práctico meter camiones. Nuestros piedreros aquí tendrían un excelente trabajo y nuestros cauces y playas relucirían de limpios. Sobre este tema, quiero felicitar a la familia Riba, del RibaSmith, al haberme enterado de que entre sus planes inmediatos está el inicio de un ambicioso plan de reciclaje. Eso es mostrar visión y compromiso. Le van a ganar a un precandidato dueño de supermercados.

El autor es arquitecto y asesor de inversiones en bienes raíces.

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