Defensoría del Pueblo e Iglesia se pronuncian.
La situación registrada desde el pasado martes ha dejado en evidencia, según Ricardo Vargas, defensor del Pueblo, la "necesidad de reforzar la capacidad de la fuerza pública en el manejo de conflictos".
A su juicio, es reprochable el comportamiento de miembros de la Policía Nacional (PN) que reprimieron a personas que no estaban resistiéndose.
Vargas no justificó al gobierno ni a los obreros, sin embargo, consideró que actuar basándose en emociones solo puede permitírsele a quienes no están entrenados para estos eventos.
"Cuando se porta un arma, se debe tener la capacidad de manejar la situación por encima de quienes no reciben esa instrucción", manifestó.
El defensor recordó que desde julio del año pasado solicitaron la puesta en práctica "urgente" de la figura del oficial o encargado de seguridad ocupacional.
En tanto, la Pastoral Social y la Arquidiócesis de Panamá condenaron ayer lo que consideraron como abuso de fuerza por parte de la PN, como pretexto para controlar el orden público.
"Queremos una convivencia de paz. Las cosas no se tienen que resolver con violencia", dijo Patrick Hanssens, director de la Pastoral Social.
"Cuando la PN va a ejercer la fuerza, tiene que hacerlo con profesionalismo y con respeto a la dignidad y a los derechos humanos", acotó por su parte Manuel Villarreal, del Arzobispado de Panamá.
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