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A pesar de la expectativa existente en todo el país –enmarcada en los hechos violentos ocurridos la pasada semana en Bocas del Toro–, la huelga realizada ayer por agrupaciones sindicales, magisteriales y estudiantiles concluyó sin prórrogas ni hechos violentos.
La paralización de actividades abarcó sobre todo a los trabajadores de la construcción, miembros del magisterio y grupos estudiantiles, estos últimos concentrados en los predios de la Universidad de Panamá.
Dirigentes de los sindicatos obreros aseguraron que el paro tuvo 95% de efectividad en el sector de la construcción, pero miembros de la Cámara Panameña de la Construcción calculan que no pasó de 50%.
La principal concentración de obreros se realizó en la plaza Porras y, por momentos, se pensó que allí se registrarían alteraciones del orden público. Sin embargo, la Policía no actuó en ninguno de los escenarios de las protestas.
En el ámbito judicial, el fiscal auxiliar Ángel Calderón confirmó la suspensión de las órdenes de indagatoria giradas el pasado 10 de julio contra 15 dirigentes, y en la tarde anunció la liberación de uno de los dos obreros detenidos el fin de semana pasado.
En tanto, el Consejo de Gabinete aprobó un proyecto de ley que suspende, por 90 días, los artículos 12, 13 y 14 de la Ley 30, como se acordó en Bocas del Toro. También se anunció que hoy presentará el nuevo proyecto en la Asamblea.
Los obreros de Bocas del Toro, por su parte, se unieron con maestros y representantes de otros sectores, y volvieron a marchar por las calles de Changuinola.
La marcha transcurrió sin mayores contratiempos, pero con el marcado descontento de los manifestantes por el acuerdo firmado que no establece la derogatoria de la Ley 30, objetivo de la lucha.
Previo a la manifestación, el Gobierno distribuyó bolsas de comida en las diferentes fincas de Changuinola.
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