brooke alfaro*
ANÁLISIS.Las oficinas públicas pueden ubicarse en cualquier sitio, no tienen que estar en el lugar más cotizado de todo el país; hacerlo sería desperdiciar una oportunidad dorada, que rara vez tiene una ciudad para mejorar la calidad de vida de su población. Toda gran ciudad tiene un gran museo de arte y uno antropológico; Panamá carece de ambos. Hoy día, el museo Reina Torres de Araúz está siempre vacío y el Museo de Arte Contemporáneo recibe un promedio de diez personas al día. Triste realidad.
Los terrenos y edificio de la antigua embajada junto con el viejo edificio del Santo Tomás podrían convertirse en un extraordinario centro cultural envidiable para cualquier gran ciudad. En vez de unos pocos privilegiados, a estos museos llegarían los miles y miles de visitantes que atrae la Cinta Costera, personas que de otra forma nunca tendrían la oportunidad de visitar un museo. Ambos museos tienen una estructura organizativa y operativa bien montada y eficiente, y encima con fabulosas colecciones.
Estos edificios históricos pueden ser remodelados sin dificultad; Casa Cor lo demostró. Podrían tener jardines de esculturas, anfiteatros, cafés al aire libre, etc. Todo como un guante a la medida para el Gobierno. Una torre del Banco Nacional que sea “ícono de la ciudad’ no es necesaria; la Avenida Balboa está llena de “íconos”, no hace falta otro. Lo que hace falta es cultura al alcance de todos. Dos museos de nivel mundial sería un noble regalo para la ciudad.El autor es arquitecto
No comments:
Post a Comment