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Hace tres años, Aracelys Fonseca descubrió que en el colegio de sus hijos había padres de familia que aprovechaban —cuando iban las casas editoriales a ofertar sus productos— para vender los libros que habían usado sus acudidos en el anterior periodo escolar.
Aracelys, quien tiene a sus dos hijos en escuela privada con grandes sacrificios, se percató de que adquirir estos libros usados sería una buena opción de ahorro, porque costaban menos de la mitad del precio regular.
Comprar libros usados es una de las alternativas que tienen los padres de familia que hacen las compras escolares y ven afectados sus presupuestos familiares cuando les toca pagar precios cada vez más caros, año tras año, tanto por los libros como por los útiles.
Esta es una modalidad que en los últimos tiempos ha cobrado auge: incluso, en áreas populares de la capital, como Avenida B, Calidonia y La Gran Estación, se han instalado puestos de venta de publicaciones usadas, que incluyen una amplia gama de textos escolares.
“Tenemos la esperanza de mejorar las ventas, porque en la segunda semana de clases la gente empieza a llegar”, comentó Alex López, quien tiene un kiosco de libros y revistas en Salsipuedes, donde ofrece textos escolares usados “en óptimas condiciones” y “a la mitad del precio” que podrían costar en un establecimiento comercial o librería.
Solo hay un problema. Casi la mitad de los libros que Alex está ofreciendo no los podrá vender al público, ya que las casas editoriales cada año están sacando nuevas ediciones y los colegios exigen esas versiones actualizadas. Esto ha sido blanco de críticas por la presidenta de la Confederación Nacional de Padres y Madres de Familia, Aixa Gómez, que lo califica como parte de un “negociado” entre las casas editoriales y los planteles educativos.
Cotizar es la clave
Frente al problema del alza del costo de la vida y la necesidad de garantizar a los hijos la mejor educación posible, también es recomendable que los padres coticen en diferentes locales comerciales para encontrar los precios más convenientes a sus bolsillos. Esto, claro, sin olvidar la calidad del producto que se adquiere, para que pueda durar el mayor tiempo posible.
En ésta, como en cualquier otra temporada escolar, los comercios compiten entre ellos con mejores precios, para atraer la clientela. Pero no pueden dejar de lado que los pedidos de estos productos se hicieron hace unos ocho meses, cuando los precios a nivel mundial se mantenían elevados, influenciados por el alto costo del barril de petróleo.
Massiel Castillo, madre de una niña que cursará primer grado este año, ha notado un incremento de 10 a 15 centésimos en los precios de los útiles escolares. En las compras que ha realizado hasta el momento también ha observado que los textos se han encarecido: solo en los textos de su pequeña hija se gastó 200 dólares.
En lo que respecta a la papelería, el alza ha oscilado entre 2 y 5 centésimos, pero en los demás artículos escolares “los precios se mantienen”, aseguró el departamento de ventas escolares de uno de los almacenes por departamentos más buscado por el consumidor en esta temporada.
En un recorrido que se hizo la semana pasada por algunos comercios, resultó evidente el dinamismo en las áreas escolares, donde los vendedores surtían las góndolas y anaqueles con productos necesarios para la educación de nacionales y extranjeros residentes en Panamá. “Por el momento no hay mucha venta, pero en los próximos meses habrá mayor movimiento”, dijo una dependiente de uno de los comercios donde se ofrecen estos productos.
Para los negocios, el haber aplazado el ingreso de los estudiantes de escuelas oficiales del 16 de marzo al 13 de abril, enfrió un poco las ventas del segmento escolar en febrero. Sin embargo, aclaran que, como los colegios privados sí iniciarán clases el próximo 16 de marzo, ya muchos padres de familia han salido de compras.
Por experiencia, los comerciantes saben que sus mayores ingresos en materia escolar se notarán una semana después que la masa estudiantil haya iniciado sus clases y se mantendrá por aproximadamente un mes.
Haga usted su propio presupuesto
“Cometemos el error de dejar las compras para última hora y lo que debemos, como buenos padres y sobre todo como excelentes consumidores, es hacer un presupuesto elaborado para este fin”, planteó Darlys García, analista de educación al consumidor.
La especialista recomienda que lo más adecuado es ir comprando los útiles y uniformes en diferentes quincenas, para así evitar que el gasto sea de “un solo viaje” y con ello tener tiempo para conseguir los mejores precios y evadir las aglomeraciones, las prisas y las molestias que causan las compras de última hora.
Los expertos en consumo también recuerdan a los consumidores que no siempre los productos más caros o de marcas famosas son de mejor calidad que aquellos más económicos.
“Uno se puede encontrar con una marca que no sea tan conocida y que está mucho más barata (que las famosas) y eso no quiere decir que sea de mala calidad”, destacó García.
1 comment:
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