(EFE).- La millonaria inversión para sanear la contaminada Bahía de Panamá y conservar su interés turístico ha convertido algunos barrios de la capital en un campo de batalla y a sus vecinos en casi damnificados de guerra.Las obras, que tienen apenas un avance del 17 por ciento y deberán concluir en 2009, cuando acaba el actual gobierno, atajarán los más de 100 millones de galones (378 millones de litros) diarios de aguas negras que actualmente caen sobre la bahía.El responsable del proyecto de saneamiento, Juan Antonio Ducruet, explicó a Efe que, aunque las obras se iniciaron en 2005, actualmente se está en la etapa de interconexión de las redes de alcantarillado y colectoras, lo que implica, literalmente, meterse debajo de las calles.El saneamiento alcanzará a un 80 por ciento de la ciudad de un millón de habitantes, casi un tercio de la población del país, receptora, además, de 1,2 millones de turistas al año que generan demanda de bienes y servicios, explicó Ducruet, también director ejecutivo del estatal Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN).La obra tiene un coste aproximado de 320 millones de dólares, gran parte financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco de Cooperación Internacional de Japón, el Banco Europeo de Inversiones y fondos nacionales, añadió Ducruet.El populoso barrio de Parque Lefevre, uno de los más afectados por las obras, parece actualmente un campo de bombardeos, con enormes agujeros y piedras apiladas que tapan los accesos a las casas, según constató Efe.Maquinarias pesadas de la empresa constructora remueven aceras y calles y entre las casas se acumulan toneladas de escombros que a diario deben sortear los peatones.Según Ducruet, ingeniero de profesión, el gobierno le ha asignado la oficina Coordinadora del Proyecto, en la que los ciudadanos pueden presentar sus reclamos si las obras o los contratistas les causan algún perjuicio, añadió."Nadie nos ha dicho nada de una indemnización, ni a donde ir a quejarnos", aseguró el mecánico Denis, un emigrante dominicano cuyo taller de reparaciones, asegura, casi no recibe clientes desde hace cinco meses, porque frente a su edificio ahora hay un enorme socavón.La dueña de un conocido salón de belleza del área, Amparo Franco, dominicana nacionalizada panameña, declaró a Efe que cuando se iniciaron las obras "lo que nos dijeron fue que iban a beneficiar a toda la ciudad, pero nadie nos dijo nada sobre cómo nos perjudicaría a nosotros".La empresaria dijo que se les aseguró que serían dos meses de trabajos "y ya van cuatro y no terminan".Ducruet afirmó, sin embargo, que "se han hecho reuniones con la comunidad, se les ha enviado volantes (cuartillas) y se ha hecho publicaciones en los periódicos" para informar a la población porque, reconoció, hay impactos negativos que atenuar y analizar.Se espera que la Bahía de Panamá, convertida con los años en una gigantesca cloaca, pueda recuperar su belleza en un par de años. EFE
1 comment:
Mismo Vietnam!!
Pecho a tierra!!
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