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Certificaciones sobre el margen de solvencia y liquidez en 2007, 2008 y 2009, revelan que la Superintendencia de Seguros y Reaseguros falló en la fiscalización del manejo de la filial local de British American, que enfrenta desde ayer una solicitud formal de quiebra.
En sus tres últimos reportes, incluido uno del 28 de agosto pasado, el ente regulador certificó que la compañía tenía excedentes de liquidez entre $11 millones y $11.5 millones.
Un mes después, la Superintendencia de Seguros ordenó la intervención de la empresa por tener reservas inferiores al nivel permitido. Sin embargo, la decisión llegaba tarde. Dos años antes, la empresa utilizó $10 millones que garantizaban la operación de Panamá, para comprar bonos fuera del país.
Miles de afectados por colapso de aseguradora
Rafael E. Berrocal R.
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Los hospitales privados procedieron a notificar a los asegurados de British American que no están aceptando reclamos u hospitalización contra las pólizas de esta aseguradora, la cual tiene un pedido de quiebra vigente desde ayer.
Igualmente, algunas empresas corredoras de seguro informaron a sus clientes con pólizas de renta vitalicia (programas de pensiones) de British American que sus ahorros ya no están disponibles.
La situación ha puesto en aprietos a miles de asegurados, quienes ahora deberán esperar el proceso de liquidación de la compañía para ver si pueden recuperar algo de lo que habían invertido. Los más afectados son los clientes del programa de renta vitalicia, donde se captaban fondos desde 1999 a una tasa de retorno de 7%. Oficialmente, el Gobierno anunció que 10 mil panameños están afectados por el colapso de la filial local de British American.
Ayer el ministro de Comercio e Industrias Roberto Henríquez, quien tiene bajo su paraguas a la Superintendencia de Seguros, señaló que la conclusión técnica es que la compañía “no tiene salvación”, por lo cual va a un proceso de “quiebra dolosa”.
“Paciencia y rezar mucho”, le recomendó ayer el corredor de seguros Beny Rozenbaum, a uno de sus clientes que llamó preocupado por sus ahorros.
Rozenbaum, dueño de la empresa Nabero, tenía la mayor cartera de clientes de renta vitalicia de British American: 257 personas con ahorros por 2 millones 273 mil dólares.
Para este corredor de seguros, la responsabilidad de esta quiebra es compartida entre la empresa, por haber hecho uso de forma irregular de sus reservas, y la Superintendencia de Seguros que falló en la fiscalización y no identificó el problema de solvencia a tiempo.
Entre 2007 y finales de 2009, la Superintendencia de Seguros certificó en varios reportes que British American mantenía excedentes de liquidez por encima de 11 millones de dólares (ver documentos).
Ahora la compañía no cuenta con las reservas para hacerle frente a primas de seguros por 9.7 millones de dólares y va rumbo a la liquidación forzada.
Por ello, la empresa Nabero procedió legalmente y no solo denunció a los representantes de British American, sino también a los dos últimos Superintendentes de Seguros, Ricardo García Reyes y Luis Della Togna, por delitos contra el patrimonio, el orden económico y la fe pública.
El ministro Henríquez reiteró que una de las principales causas del deterioro de la compañía fue que la empresa tomó hace dos años un paquete de bonos que debían conservar como garantía de su operación en Panamá, para hacer frente al problema que estaba teniendo en Trinidad y Tobago. “Ello nos obligó a poner una denuncia que puede concluir con la quiebra de esta empresa”, dijo Henríquez.
Fuentes del sector seguros criticaron la decisión del Gobierno de llevar a la quiebra a la empresa, cuando compañías como Aseguradora Ancon y Mundial estuvieron interesadas en una compra. Sin embargo, el Ministerio de Comercio señaló que no tiene la potestad legal de traspasar los activos de una empresa privada.
CERTIFICACION DE LA SUPERINTENDENCIA
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