Rafael E. Berrocal R.rberrocal@prensa.com Las playas del distrito de Pedasí, en la provincia de Los Santos, ya no son las mismas. La verde vegetación y sus extensos manglares son cosa del pasado.
El desarrollo de los grandes proyectos turísticos son parte del problema, aunque algunos de los inversionistas intentan incorporar la parte ecológica.
Una muestra de ello son las playas Los Destiladeros y Venado, donde se han realizado talas y quemas de manglares sin permiso.
Devastación a toda marcha
El desarrollo descontrolado de proyectos turísticos y la compra y reventa de tierras para extranjeros han transformado radicalmente lo que hace 15 años era un pueblo tranquilo y rico en tradiciones culturales: el distrito de Pedasí, provincia de Los Santos. Estafas, invasiones de terrenos, conflictos familiares por herencias y los especuladores son un problema cotidiano en Pedasí.
Pero, detrás de ello están pasando inadvertidos los crímenes ecológicos, un problema que difícilmente podrá ser subsanado y donde no hay hasta ahora responsables y sancionados. La mayoría de los millonarios proyectos que se desarrollan en el lugar son de playa, y muchos de ellos no toman en consideración el impacto ambiental si hay oportunidad de ganarle más terreno al mar.
Una investigación realizada por La Prensa comprobó los daños causados a las playas Los Destiladeros y Venado, esta última comprada recientemente por un consorcio israelí en 12 millones de dólares, según información manejada por la alcaldía de Pedasí. Dos proyectos en Los Destiladeros han talado manglares y desviado quebradas y ríos para encajar sus proyectos en la playa con la mejor vista posible.
El caso más reciente fue el proyecto Panamaes Beach Resort, donde casi dos hectáreas de manglares fueron taladas y el curso de una quebrada fue tapada con piedras. En el lugar todavía quedan las señales del manglar que antes existió y el camino de piedra donde antes desembocaba la quebrada en el mar.
La empresa ha procedido a señalizar el lugar de las primeras casas frente al mar.
Plinio Mancilla, alcalde de Pedasí, dijo conocer del problema, pero afirma que las instituciones competentes, la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) y la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), no han querido entrar a detener esta tala de manglares.
“Ellos (Anam) no están cumpliendo con su función. Tienen que exigirle a estas empresas que reforesten el lugar afectado y luego sacarlos. Pero una multa de 50 dólares no es nada para estos empresarios”, indicó Mancilla.
Uno de los dueños de Panamaes Beach Resort es el empresario estadounidense Paul Stallings, quien también demolerá la antigua sede del Club Unión, en San Felipe, para construir un hotel de 139 habitaciones.
En el proyecto Azueros, el empresario francés Gillen Saint-Gilles, señaló que ha tratado de causar el menor daño posible. Ahora sólo quedan las marcas de lo que fueron los desvíos de quebradas y tala de árboles nativos para la construcción de las villas y casas individuales.
Saint-Gilles dijo a La Prensa que tiene los permisos para haber intervenido el área y que cuenta con un proyecto de reforestación para compensar los daños.
El empresario dijo que hasta ahora ha sembrado 33 mil árboles de especies nativas y que todo lo trata de hacer de manera correcta. “Si nos hemos equivocado en algo, estamos para corregirlo. Pero en nuestra área no hay manglares como en los otros proyectos”, señaló Saint-Gilles.
En tanto, los representantes legales de Panamaes dijeron a La Prensa que cuentan con todos los permisos para la tala de los manglares.
Pero además resaltan que su proyecto es totalmente “ecológico” porque contempla la conservación de bosques.
Sin embargo, el ambientalista que llevaba la parte del programa ecológico renunció a su cargo.
Según la empresa, ya se le buscó reemplazo al ambientalista e informó que de las 300 hectáreas que compraron en este lugar sólo intervendrán 80. En tanto, la oficina de Anam en Los Santos aceptó que otorgó los permisos para los desvíos de los ríos aduciendo que el daño ambiental no era drástico.
Además la institución señaló que no puede intervenir en el caso de la tala de manglares porque estas no son áreas protegidas. Es decir, la responsabilidad es de la ARAP.
Como parte de las iniciativas aisladas que buscan combatir el problema, esta semana el Consejo Municipal de Pedasí aprobó una resolución en la que designa nuevos lugares donde no se podrá construir ninguna estructura a menos de 200 metros de la costa. Esto incluye el área de la desembocadura del río Purio, Punta Rincón, Las Magdalenas y la zona donde está el Laboratorio de Achotines (investigación de atún) en El Ciruelo. En el caso de Punta Mala se decidió que sólo se podrán construir casas residenciales de ahora en adelante.
Los representantes de corregimiento del distrito de Pedasí también acordaron plantear una estrategia de desarrollo sostenible con el ambiente para playa Venado. Esto debido a las nuevas inversiones que se avecinan en el lugar. Sin embargo, el tema de la playa Los Destiladeros no fue tratado entre los representantes.
ENTRE LA REALEZA
A pesar de todos estos problemas, detrás de las playas de Pedasí también se desarrollan proyectos que buscan contribuir con el medio ambiente, entre ellos el que promueve el príncipe Maximilian de Liechtenstein, quien está casado con una panameña nacida en Bocas del Toro, Angela Brown. Hoy a su esposa se le llama la princesa Angela de Lichtenstein.
El príncipe está construyendo una casa de playa en Pedasí de cinco habitaciones y se ha propuesto reforestar 45 hectáreas con especies nativas en lo que se conoce como Los Destiladeros en Pedasí.
PLAYA VENADO
A 30 kilómetros de Los Destiladeros también se encuentra otra playa que sufre los problemas de la deforestación de manglares. Se trata de playa Venado, muy reconocida por las competencias de surf.
La suerte del lugar ha dado un giro inesperado y su uso público será restringido en corto tiempo.
Un consorcio que tomará el nombre de Venao Resort compró recientemente, a la familia Cárdenas, las siete hectáreas de terreno que están frente a esta playa por la suma de 12 millones de dólares, según el reporte de la transacción en la alcaldía de Pedasí.
En esta playa también se han empezado a registrar quemas no autorizadas de manglares, pero nadie se responsabiliza por ello.
Más de cuatro quemas se dieron en este verano que afectaron al menos cuatro hectáreas de manglares.
La representación de Anam en Los Santos dice desconocer sobre estos casos.
El consorcio que compró los terrenos frente a la playa Venado comenzó a desviar la quebrada que desemboca en la costa.
La familia Cárdenas todavía tiene la administración del rancho de la playa Venado, pero los nuevos dueños ya le han puesto fecha de salida.
Los residentes de los pueblos cercanos a esta playa dicen haber visto a la estrella de cine Mel Gibson recorriendo varias propiedades en el lugar, pero nunca llegó a comprar.
“Los proyectos nuevos que se desarrollen en estas áreas deben ser amigables con el ambiente”, indicó Nicolás Nickson, dueño del proyecto Eco Venado.
Nickson señaló que en su caso la construcción del hotel ha tratado de adaptarse al ambiente, “no adaptar el ambiente a la construcción. He tratado de tener mucho cuidado con esto”.
DESASTRE NATURAL
La Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon) sostiene que la raíz del problema de devastación de los manglares es la falta de una legislación apropiada.
“Esto ha permitido que muchos inversionistas se aprovechen sin tomar en cuenta el daño ecológico causado”, dijo Alida Spadafora, directora de Ancon.
Hace dos años, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la fundación Marviva y el Gobierno financiaron la preparación de un anteproyecto de ley para el manejo sostenible de los manglares, pero no ha sido remitido a la Asamblea de Nacional para su aprobación.
Para Ancon fue un error traspasar la función de protección y manejo de los manglares a la ARAP. “La Anam hacía mejor trabajo protegiendo los manglares del país”, aseveró Spadafora.
Los manglares son uno de los ecosistemas más importantes para la vida marina. Stanley Heckadon, director del laboratorio marino del Smithsonian en Punta Galeta, los calificó como “grandes arcas de Noé”.
Pero aclaró que las funciones de los manglares son múltiples: ayudan a purificar el aire y las aguas, permite la formación de nuevas tierras, son una barrera natural contra los huracanes y sirven a las aves como sitios para anidar.
“Los lugares más afectados por el tifón de Myanmar fueron donde había desforestación de manglares”, recalcó Heckadon.
Para la pesca los manglares también son importantes. Son el hogar de los camarones y cangrejos en sus primeros días de vida. “Está comprobado que los lugares donde mayor concentración de camarones hay para pesca en Panamá son los que se encuentran en las desembocaduras de los principales ríos del país”, dijo el representante del laboratorio de Smithsonian.
Más de 42 estafas y tomas ilegales
Los casos de estafas y disputas legales son sorprendentes. En la ciudad de Las Tablas se realizó en mayo de este año un foro sobre propiedad privada al cual asistieron 42 personas que dicen haber sido estafadas o tienen problemas de invasiones de terreno.
Entre los casos resalta una persona que vendió tres veces un terreno sin tener un título de propiedad o derecho posesorio sobre la tierra.
Otro de los casos es el de un terreno que perteneció a Moisés Espino, abuelo del presidente Martín Torrijos, y que luego se vendió a la familia Domínguez en 1935.
Ahora toda la franja de la propiedad frente a la playa Uverito en Las Tablas fue
vendida por otra persona. Entre los compradores se encuentran el diputado Olivares De Frías y otros funcionarios regionales.
Los Domínguez levantaron un largo proceso legal que parece haber terminado la semana pasada. Un fallo del juzgado primero del circuito de Los Santos certificó que la familia Domínguez tiene la potestad sobre estos terrenos.
Abel Domínguez, uno de los propietarios, señaló que procederán a tomar posesión sobre las 10 propiedades que se habían construido en sus terrenos. Esta finca fue visitada el año pasado por los representantes del cantante Julio Iglesias, quien buscaba construir un resort. Pero los problemas legales aguaron el negocio. Ahora sus dueños dicen que venderán toda la finca de 116 hectáreas a 10 dólares el metro cuadrado.
El alcalde de Pedasí, Plinio Mancilla, sostiene que las estafas son constantes, así como los reclamos por invasiones de terrenos. “Me he convertido en consejero de muchos inversionistas que deciden venir primero a la alcaldía”, dijo Mancilla. Sostiene que casi siempre los inversionistas andan buscando terrenos para luego especular en la reventa.
Hace tres años una hectárea de terreno en Pedasí podía comprarse a 3 mil dólares, pero ahora está cotizada en 50 mil dólares. “Yo siempre le advierto a los residentes de Pedasí que una vez vendan tendrán que irse a vivir a otro lugar porque con lo que recibirán no les dará para quedarse en el pueblo”, comentó Mancilla.
El alcalde de Pedasí, Plinio Mancilla, aceptó que existe un problema de deforestación, pero indicó que las autoridades competentes (Autoridad Nacional del Ambiente -Anam- y Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá- ARAP) no han querido intervenir.
Recientemente un consorcio israelí compró todas las propiedades frente a playa Venado para levantar un resort con casino. Desde entonces se han registrado quemas de manglares, según los moradores. Anam se comprometió a inspeccionar el área.