Alexander Da Silva
adasilva@prensa.com
Es simplemente el súper hombre de estos Juegos.
Nunca antes en la historia de la natación olímpica ha habido tanta expectativa detrás de este deporte, y de parte de sus innumerables nuevos adeptos que siguieron día a día el camino histórico del Tiburón Michael Phelps.
Por primera vez en la historia de los Juegos, las finales de natación se disputaron en horario matinal para que el público estadounidense pudiera tirarse al agua con su héroe olímpico, en vivo, en horario pico de la noche, en una muestra de la atención que despierta el niño dorado de Baltimore.
INICIOS
Phelps se refugió en el agua para no escuchar las peleas constantes de su padres. El joven nadador nacido en Baltimore, en 1985, comenzó a entrenar en el North Baltimore Aquatic, donde apareció en su vida Bob Bowman, un descubridor de talentos que de inmediato vio las cualidades del nadador de apenas 11 años. El hecho curioso es que según un artículo de la revista Isport del diario As, basado en un reportaje del periodista Brian Cazeneuve, de Sports Illustrated, Phelps le tenía miedo al agua. La historia cuenta que cuando el nadador tenía siete años, un vecino intentó darle su primera clase; sin embargo, el poseedor de innumerables récords “se puso a gritar y a patalear hasta que, al final, accedió a flotar boca arriba para no tener que ver el fondo de la piscina”.
Su padre, un alguacil, y su madre, una exitosa profesora, se divorciaron cuando él tenía solo 13 años. Pasó la mayoría de su tiempo en el agua, entrenando en su nueva y única vida: la natación.
DEBUT OLÍMPICO
La promesa tenía apenas 15 años cuando participó en sus primeros Juegos Olímpicos, los de Sydney 2000, donde terminó de quinto.
Sin embargo, tres años más tarde, en el Mundial de Barcelona, impuso ocho récords mundiales y ganó tres medallas de oro. Los periodistas comenzaron a llamarlo el Fenómeno o Tiburón Blanco, debido a que comenzaba a devorar los tiempos de las distintas competencias en que participaba.
DIETA DE TIBURÓN
Sus rivales aseguraron que el nadador, simplemente es de otro planeta.
No obstante, el joven de Baltimore se alimenta con comida terrestre y según un reporte del diario The New York Post, ingiere un total de 12 mil calorías diarias, divididas en un promedio de 4 mil por comida (desayuno, almuerzo y cena).
Para quienes se preguntan cuál es el promedio de calorías que ingiere un hombre de esa misma edad, la respuesta es que un mortal puede mantener su peso con unas 2 mil diarias.
Por ejemplo, en la mañana come tres emparedados de huevos revueltos con queso, ensalada, tomates, cebollas fritas y mayonesa. Un omelet de cinco huevos, tres pancakes con chispas de chocolate, tres rebanadas de tostadas francesas y dos tazas de café. Recordemos que Phelps nadó 17 veces en 9 días de competencia, por lo que ese cuerpo de 6 pies 3 pulgadas y 190 libras utilizó toda la energía posible.
TECNOLOGÍA Y RECUPERACIÓN
Ahora entra en escena la tecnología que lo ayudó a nadar. Phelps se apoyó en el LZR Racer de Speedo, que en un principio había sido cuestionado, pero al final la Federación Internacional de Natación lo aceptó. El traje no tiene costuras, que fueron reemplazadas por soldaduras ultrasónicas que reducen al mínimo el contacto con el agua.
Otro secreto es su capacidad de recuperación. Los fisiólogos del equipo estadounidense midieron su nivel de ácido láctico al concluir una carrera, mediante un pequeño pinchazo detrás de la oreja, y se dieron cuenta de que el nadador mostraba pocos rastros de fatiga muscular.
La medición en la sangre de Phelps fue de 5 milimoles, un tercio de los 15 milimoles de ácido láctico que habitualmente se registran tras un esfuerzo máximo.
Dieta, anatomía, tecnología, disciplina, pasión, recuperación: ingredientes valiosos del gran coctel que define al Tiburón estadounidense, Michael Phelps, el hombre que devora oro.
La ola de los millones de dólares toca la puerta
Es el atleta olímpico más grande de la historia. Nadie ha ganado más medallas de oro que él. Y claro, con las destacadas actuaciones... la danza de los millones toca la puerta.
Según un artículo publicado por la agencia de noticias Reuters, Michael Phelps tendrá unas ganancias de 30 millones de dólares en el corto plazo en materia de publicidad.
Eli Portnoy, de Portnoy Group, una consultora estadounidense especializada en estrategias de marca, pronosticó la escalada bancaria del nadador estadounidense, que según algunas publicaciones estiman en 5 millones de dólares las ganancias actuales en el tema de publicidad.
Entre sus auspiciadores están Visa, Speedo, los relojes Omega, AT&T Wireless, Kellogg’s y PureSport. Portnoy dice que la juventud de Phelps y su serenidad bajo presión hacen del nadador un sueño para quien maneja una marca.
“En el corto plazo es una mina de oro porque representa a todo lo que es puro, joven, fuerte y con visión de futuro sobre Estados Unidos”, puntualizó Portnoy.
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